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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Se acerca el momento cumbre de su carrera. Dos días faltan para salir por el túnel del NRG Stadium y descargar la adrenalina que sólo el Super Bowl regala. Matt Ryan mantiene su voz tenue. Al igual que la ciudad de Atlanta, el quarterback de los Falcons no es el mediático o alguien de quien se habla más allá fuera del campo.
Pero Ryan mantiene su enfoque en el triunfo. No ha ganado ningún campeonato no sólo en la NFL, sino desde que ingresó al futbol americano de preparatoria. En su etapa colegial con Boston College no pudo aspirar a más. Por eso no quiere desaprovechar su primer viaje por el trofeo Vince Lombardi.
Ryan ha tenido la mejor temporada de su carrera. Las cuatro mil 944 yardas por aire con los 38 pases de anotación son un indicador. Pero el quarterback, fiel a su costumbre reparte créditos y en especial a su coordinador ofensivo Kyle Shanahan.
“Él [Kyle] ha sido un factor importante en mi carrera, creo que todo el trabajo que ha tenido conmigo ahora está pagando dividendos”, dijo Ryan ayer.
Y claro que el trabajo no ha sido sencillo para el egresado de Boston Collage. En 2015 tuvo una campaña de pesadilla. Lanzó 21 pases de anotación, la segunda menor cantidad en su carrera y fue interceptado en 16 ocasiones que acompañaron la forma en como se desmoronó el ataque de Falcons, que terminó con récord de ocho ganados y ocho perdidos después de arrancar la temporada con cinco victorias al hilo.
“Cuando comenzó la pretemporada lo primero que me hizo entender Kyle, fue que había que olvidar 2015. Por más sencillo que parezca, tenía que dejar atrás aquel año y centrarme en lo que podía venir para mí”, dice.
Matt Ryan, el probable MVP, y el receptor Julio Jones, el mejor jugador de la NFL en su posición, han recibido la mayor parte del reconocimiento para el despegue de Atlanta al tener una de las mejores ofensivas de la NFL, pero el pasador pone paños fríos e incluye al resto de sus compañeros.
“Los Falcons no somos dos jugadores. Los Falcons somos todos. Sin el aporte de cada uno de los muchachos que están aquí, simplemente no estaríamos disfrutando de esta semana de ensueño”, refirió Ryan apuntando con su índice a sus compañeros que en esos momentos también atendían a la prensa en mesas redondas.
Gran parte del éxito de los Falcons ha recaído en la combinación dinámica de corredores que son capaces de ejecutar todas las llamadas sin que se vuelvan predecibles por su estilo.
Devonta Freeman y Tevin Coleman son el caballo de batalla del ataque de Atlanta.
“Estos muchachos están locos. Tienen un talento que nos vuelve versátiles. Me quita mucha presión el saber que las defensivas rivales están preocupadas por la persona que está atrás de mí”.
Freeman corrió para mil 70 yardas y 11 touchdowns con una escapada de 75 yardas, la más larga de la temporada para él.
“Es increíble lo que pueden hacer ellos. Les das el balón y con el respaldo de nuestros linieros en dos segundo ya tienen el primero y diez y si sólo les queda un rival, es seguro que termine en anotación”, analizó Ryan.
Matt Ryan va por su primer anillo de campeón, al igual que la organización de los Falcons. Y aunque los reflectores estarán sobre él este domingo por más de dos horas decisivas, sabe que Atlanta es más que él y su brazo de Jugador Más Valioso de la Temporada.