El comisionado de la NFL, Roger Goodell, protagonizó la tradición rueda de prensa previa a la disputa del Super Bow, este año la edición 51, que se va a disputar en el NRG Stadium de Houston, y subrayó que el escándalo del "Deflategate" formaba ya parte de la historia.

Goodell admitió el rechazo que su persona genera entre los aficionados de los Patriots de Nueva Inglaterra, equipo que va a disputar el título de Super Bowl ante los Falcons de Atlanta, pero dijo que si le invitaban no tendría problema en volver al Gillette Stadium, de Foxborough (Massachusetts), el campo de los actuales campeones de la Conferencia Americana (AFC).

Después de dos años de litigio legal que se acabó cuando ya sólo quedaba la instancia de la Corte Suprema, dijo que la NFL estaba lista para cerrar el caso y avanzar hacia el futuro.

"Estamos pasando página", declaró Goodell, muy criticado por la suspensión de cuatro partidos que le impuso al mariscal de campo de los Patriots, Tom Brady, y al equipo una multa de un millón de dólares y perdida de derechos del sorteo universitario. "Eso forma ya parte de la historia, pero es algo que nos permite sentirnos cómodos con el proceso y la decisión que tomamos".

La suspensión a Brady llegó después que el abogado de la NFL, Ted Wells, completó una investigación con la que se determinó que era "fiable y probable" que el pasador estelar de los Patriots estuviese "enterado" de que los balones utilizados durante el partido por el título de la AFC contra los Colts de Indianápolis, en el 2015, se habían desinflado ilegalmente.

A Goodell se le preguntó si su relación con los aficionados de Nueva Inglaterra y Brady era incómoda y si eso influyó en su decisión de asistir a partidos consecutivos en Atlanta en lugar de dirigirse a Foxborough para el partido de la AFC entre los Patriots y los Steelers.

"Mentiría si dijese que no influyó", respondió Goodell. "Pero, repito, tenemos un trabajo que hacer, hubo una violación, aplicamos un proceso, una disciplina y llegamos a una conclusión que fue apoyada por los hechos y tribunales".

A partir de esa realidad, Goodell, reconoció que también entendía el rechazo de los aficionados que son leales y apasionados por un equipo y no era el problema el rechazo que siente por él en Boston, donde recordó dos años antes había asistido a dos encuentros consecutivos de la AFC.

"De la misma manera que estuve en Atlanta este año", valoró Goodell. "Se trata de hacer que nuestro negocio sea justo y hagamos siempre los correcto para mantener la integridad de nuestros equipos y nuestras normas para los 32 que forman la liga".

El comisionado alabó la trayectoria de los Patriots y su dueño Robert Kraft, presente durante la rueda de prensa, y dijo que al final, sin importar lo difícil de las decisiones, la NFL en su conjunto fue la gran beneficiada.

"No puedo estar a expensas de que mis decisiones gusten o sean comprendidas por las personas individuales, necesitamos hacer siempre lo mejor para la liga, aunque los procesos a veces sean difíciles y mucho menos perfectos", agregó Goodell. "Siempre tratamos de hacer las cosas mejor y si podemos de manera diferente, lo haremos de manera diferente".

Goodell también confirmó la presencia de nuevo en México de la NFL el próximo otoño cuando en el Estadio Azteca se enfrenten en partido de liga los Raiders de Oakland, que el pasado noviembre ya jugaron contra los Texans de Houston, y los Patriots, que podrían llegar con el aliciente de tener un quinto título de campeones del Super Bowl.

El comisionado también valoró todo lo relacionado con los cambios de sede de equipos como los Raiders que solicitaron moverse a Las Vegas y los Chargers ya lo hicieron a Los Angeles, donde la próxima temporada habrá dos franquicias con los Rams que el año pasado abandonaron San Luis.

"Siempre es un proceso difícil, dejar sedes donde los aficionados han sido fieles a su equipo durante muchos años", valoró Goodell. "Los Raiders están en el proceso de moverse a Las Vegas y se consideraran todas las opciones cuidadosamente que puedan aparecer, si al final no se aprueba el cambio".

De San Diego dijo que la salida de los Chargers se dio exclusivamente ante la imposibilidad durante los últimos 15 años de llegar a un acuerdo con las autoridades para la construcción de un nuevo campo.

En cuanto a la perdida de audiencia de televisión durante la temporada regular y los playoffs, Goodell reconoció que había que estudiar todo los relacionado con el asunto, pero que la liga mantenía todo el apoyo del mundo de la publicidad.

"Debemos estudiar las nuevas realidades que se dan en torno a los aficionados que siguen los partidos en el campo y los que lo hacen a través de la televisión y las redes sociales. Estamos en el proceso", señaló Goodell.

El comisionado también defendió la programación de partidos los jueves de cada semana y dijo que las cadenas de televisión habían reflejado un claro apoyo por parte de los aficionados, lo que significaba que iban a mantenerlos.

Por último, Goodell reiteró que la liga trabaja más que nunca en la búsqueda de la protección y la salud de los jugadores y en ese sentido dijo que era fundamental que todos los estamentos que se encuentran dentro del deporte del fútbol americano y de fuera ayudasen en el proceso.

hgm

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