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A 500 kilómetros de la frontera, donde Donald Trump planea construir el muro entre México y Estados Unidos, se ubica Houston, Texas, casa del Super Bowl LI, que durante los próximos siete días será epicentro deportivo con el partido entre los Patriots de Nueva Inglaterra y los Falcons de Atlanta.

Luego de la semana de turbulencia política que sufrió nuestro país por los ataques de Trump en el inicio de su gobierno, miles de mexicanos viajarán a la ciudad espacial para ser parte de la festividades en torno al encuentro por el Vice Lombardi.

Aproximadamente 30 mil mexicanos invadirán Houston para manifestar su amor por el futbol americano y de paso contribuir a los 350 millones de dólares que tendrá la ciudad texana por derrama económica. El comité organizador espera que a lo largo de la semana, un millón de personas visiten las diferentes atracciones que se instalaron en el centro de la ciudad.

“El impacto económico dejará a Houston 350 millones de dólares. Estamos esperando más de un millón de aficionados que estarán en el Super Bowl Live que es la zona  para que la gente que viene y quiera tener interacción en las diferentes actividades que tendremos como el NFL Experience, con cientos y muestras gastronómicas”, declara Jorge Franz, vicepresidente de Turismo de Visit Houston, en entrevista.

Del millón de personas que estarán siendo parte de las actividades del SB, Franz calcula que 150 mil vendrán de las ciudades vecinas

“Houston ha cambiado mucho. Es la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, luego de Nueva York,

Los Ángeles y Chicago. La NFL tuvo una buena experiencia en 2004.

Por tercera ocasión, Houston será sede de un Super Bowl. En 1973 recibió la edición VIII en el Astrodome y en 2004 el NRG Stadium. Para conseguir que la NFL volviera, la ciudad invirtió 2 mil millones de dólares en la construcción de un centro de convenciones y en el área de Avenida Houston, que fue bautizada en español por el arraigo de la comunidad hispana.

“Hemos hecho mucho por expandir la oferta turística. Creamos Avenida Houston, que lleva el nombre en español y donde será la sede central del SB. Fue una inversión de 2 mil millones de dólares. El 40 por ciento de la población es hispana. En Houston se habla español y se trata de decirle al mundo que somos amigables de la comunidad hispana, que somos hispanos”, dice Franz.

El año pasado Houston tuvo dos millones de turistas, el 60 por ciento mexicanos que viajan por cuestiones médicas o compras.

Con la política antimigrante de Donald Trump, en la oficina de Turismo de Houston aún no piensan que el número de visitantes mexicanos se reduzca.

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