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Para muchos especialistas la temporada de los Cowboys de Dallas ya había terminado aún sin empezar. El 25 de agosto pasado, durante un scrimmage, el quarterback Tony Romo sufrió una lesión en la espalda que lo alejó 10 semanas.
La noticia alarmó a los aficionados. Los mismos que ahora prácticamente se han olvidado de él. Y es que el novato Dak Prescott se encargó de hacerlo.
El graduado de Mississippi St. y que llegó a la NFL sin causar mucho ruido por ser tomado en la cuarta ronda con la selección general 135.
En Dallas querían un pasador aunque hubieran preferido a Paxton Lynch que fue reclutado por los Broncos de Denver sin tener el éxito que hasta ahora goza Prescott.
El jugador de los Cowboys terminó su primera campaña como el mejor novato en la historia en cuanto al índice de pasador con 104.2, mejorando lo hecho por Robert Griffin III en 2012 (102.4).
Con cuatro intercepciones en 459 intentos de pase, Prescott también tuvo el porcentaje más bajo de interceptación para un novato en la historia de la NFL.
El pasador del equipo de la estrella solitaria ganó 13 encuentros empatando la campaña que tuvo Ben Roethlisberger en 2004 y que hasta ese momento era la mejor para cualquier novato.
Prescott ha llevado a un equipo que tuvo marca de 4-12 la temporada pasada a ser el primer sembrado de la Conferencia Nacional. El egresado de Mississippi State lidera la cuarta mejor ofensiva en la NFL lanzando 3,630 yardas con 23 pases de touchdown.
El 16 de octubre de 2016, Prescott superó el récord establecido por Tom Brady (162 pases), en más intentos de pases lanzados sin ninguna intercepción, con 176. A pesar de que fue derrotado en un par de ocasiones por los Giants de Nueva York y el domingo pasado cayó con los Eagles de Filadelfia, Prescott mantiene la motivación de convertirse en el primer quarterback novato en terminar la temporada con el trofeo Vince Lombardi en sus brazos.
La primera apertura de Prescott llegó el 11 de septiembre de 2016 en casa contra el Giants de Nueva York convirtiéndose en el primer novato en abrir un partido en la historia de los Cowboys y el primero desde Quincy Carter en 2001. Y aunque fue una derrota, Prescott demostró habilidades que pusieron a sonreír a sus entrenadores y aficionados pues entienden que será su jugador estrella para las próximas campañas y quizá quien pueda terminar con la sequía de 21 años que han pasado desde el último Super Bowl que ganó el “equipo de América”.
Prescott es un jugador que se ha recuperado ante las adversidades. En 2013 cuando jugaba para los Bulldogs de Mississippi St. la madre del quarterback falleció víctima de un cáncer de colon.
Dak era muy apegado a su madre que casi nunca faltaba a un entrenamiento o partido de su hijo, por lo que el aconteciminto golpeó anímicamente a Prescott, quien al otro año se destapó con una temporada de 27 pases de touchdown.