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La mancuerna Tom Brady y Bill Belichick continúa haciendo historia. Por sexto año consecutivo, los Patriots de Nueva Inglaterra avanzaron a la final de la Conferencia Americana.
La franquicia favorita para llevarse el Super Bowl LI, según las casas de apuestas en Las Vegas, venció a los Texans de Houston 34-16.
Brady aportó con dos pases de anotación, sumó para 287 yardas y tuvo dos intercepciones, el mismo número que en los 12 partidos que disputó de temporada regular.
Los Texans, con la mejor defensiva de la NFL, hicieron sufrir por momentos al cuatro veces ganador del trofeo Vince Lombardi, pero no fue suficiente para detener a los
mejores hombres del quarterback estelar. Julian Edelman atrapó ocho pases y terminó con 137 yardas totales. El otro receptor favorito de Tom, Chris Hogan, tampoco anotó pero aportó para 95 yardas.
El corredor Dion Lewis tuvo una noche para recordar con 13 acarreos para 41 yardas y un touchdown; obtuvo otro en un regreso de patada y un tercero con una recepción. Su fumble en el segundo cuarto se olvidó rápidamente.
Brady sigue en la búsqueda de convertirse en el único quarterback con cinco anillos de Super Bowl.
El año pasado se quedó a un partido del gran juego. Como visitante, fue derrotado por los Broncos de Denver. Ahora espera a su rival para el próximo domingo; los Chiefs de Kansas City o los Steelers de Pittsburgh tendrán que visitar la fortaleza que es el Gillette Stadium.
Por su parte, Houston dejó escapar la oportunidad de jugar el Super Bowl LI en su casa.
Los Texans tuvieron sus destellos de un buen equipo en postemporada, en el segundo cuarto daban señales de vida.
Houston aprovechó dos errores de los Patriots. Primero, una intercepción de Brady dejó a los texanos en una gran posición del campo. Fue así que pudieron acortar la ventaja a los pupilos de Belichick.
Después, los equipos especiales forzaron un balón suelto a Dion Lewis; Brock Osweiler no dejó pasar la oportunidad y conectó su único pase de anotación en la noche con C.J. Fiedorowicz. Los Texans soñaban con la remontada... que no llegó.
Es que el quarterback no aguantó la presión. Se quedó con 198 yardas y regaló el ovoide en tres ocasiones, justo en los momentos claves.
Ante la derrota, lo único que pudo hacer el quarterback fue sacudir la cabeza y asumir el fracaso.
Houston, equipo que no sabe ganar en una ronda Divisional, culmina su participación en la temporada con actitudes muy positivas en la defensiva, la cual dominó en la liga. Sin embargo, Osweiler plantó dudas sobre su puesto. Varios aficionados quedaron decepcionados por el nivel que demostró el quarterback, que costó a la franquicia 72 millones de dólares.