Tampa Bay.— Deshaun Watson cumplió ya con su cometido en la Universidad de Clemson. El quarterback fue el principal artífice del campeonato de los Tigers, que vencieron 35-31 a la poderosa y considerada invencible Universidad de Alabama, en el futbol colegial estadounidense, el pasado lunes.

Cumplió con las metas que se fijó cuando llegó al equipo, incluido el primer título desde 1981 y el segundo en la historia de su escuela.

Ahora, Watson está listo para seguir su camino, que espera sea en el profesionalismo de la NFL para la próxima temporada.

“Aún no me meto en eso por completo, pero es obvio que todos soñamos con llegar ahí y jugar los domingos“, dijo Watson en entrevista a ESPN.com.

“Sin importar a dónde vaya, ni lo que eso me cueste, voy a trabajar duro y poner todo mi empeño para tratar de ser el mejor que puedo ser. Así lo hice para esta escuela durante toda mi carrera“, agregó. “Nunca me guardé nada, igual que mis compañeros. Eso es algo que aprendí desde pequeño y que es el secreto del éxito. Vamos a festejar unos días y después veremos qué sigue“.

Cierto que Watson nunca se guardó nada. Sale de Clemson quizá como el mejor jugador en la historia de esa universidad. El único que dos veces consecutivas terminó entre los tres primeros para el Trofeo Heisman, incluido este año en el que fue segundo en la votación.

También mostró que puede crecer en los momentos que más se necesita y en los más grandes escenarios, como sucedió en los dos partidos de campeonato nacional que disputó contra Alabama.

Watson completó 36 de 56 pases que lanzó el lunes por la noche para un total de 420 yardas y tres touchdowns, que se sumaron a otras 43 yardas por carrera y una anotación más.

El año anterior, en el juego de campeonato atinó 30 de 47 pases para 405 yardas y cuatro touchdowns por aire. 

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