Los Raiders de Oakland y los Cowboys de Dallas son los equipos revelación en lo que va de la actual temporada. Y aunque los “Malosos” (11-3) tienen un récord por debajo de los Patriots de Nueva Inglaterra (12-3), son una agradable sorpresa, pues ya aseguraron su regreso a los Playoffs.
El 21 de noviembre los Raiders y México se unieron en comunión con el partido que ganaron a los Texans de Houston en el regreso de la NFL a nuestro país, luego de 11 años de ausencia.
Una noche a la que asistieron 76 mil 473 aficionados para hacer una fiesta en el primer Monday Night que se disputó fuera de Estados Unidos.
Como en la mayoría de las celebraciones, existieron excesos que lastiman la imagen. El láser sobre Brock Osweiler y el grito homofóbico de ¡Ehhh, pu..!, pecados que hicieron tambalear el futuro de la NFL en nuestro país. Pero el arreglo finalmente se mantendrá por dos años más, con la firmeza que construyó en la semana en la que la Ciudad de México fue prácticamente la casa del Super Bowl por las diversas actividades.
Los Raiders consiguieron su primer boleto a postemporada desde 2002. Y aunque su joven quarterback Derek Carr ha cargado con el equipo, no ha sido el mismo desde que sufrió una lesión en el dedo.
Los Cowboys encontraron oro en sus selecciones colegiales. El pasador Dak Prescott y el corredor Ezekiel Elliot revitalizaron el ataque del equipo de la estrella solitaria, que sueña con el próximo Super Bowl en Houston, a unos cuantos kilómetros de casa.
Prescott se mostró con madurez desde su debut y aunque titubeó en la segunda derrota que sufrieron con los Giants de Nueva York, sigue siendo el hombre al que le destinaron guiar al equipo.
Prescott llevaba 176 intentos de pase antes de su primera intercepción, un récord al comienzo de una carrera en la NFL.
Los Patriots de Nueva Inglaterra, que no contaron los primeros cuatro encuentros con Tom Brady, son de nueva cuenta la carta fuerte para representar a la Conferencia Americana en el Super Bowl. Así será mientras Bill Belichick esté con ellos.
