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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
México siempre hace historia con la NFL y hoy lo volverá a repetir con el primer Monday Night fuera de Estados Unidos. Texans de Houston y Raiders de Oakland terminarán con la sequía de 11 años sin partido oficial en nuestro país y prometen hacer vibrar a los aficionados que estarán en el Estadio Azteca y a los millones que lo verán por televisión.
Dos equipos legítimos para los Playoffs de esta temporada estarán frente a frente. Los Raiders en su carácter de local regresan a la actividad luego de una semana de descanso. Texans, sentados en la cima de la División Sur de la Conferencia Americana quieren enamorar a los fanáticos tricolores más allá de los que ya tiene cautivos en el norte de México.
Aproximadamente serán 85 mil aficionados los que disfrutarán del espectáculo de la NFL que en el medio tiempo reconocerá a los cinco medallistas mexicanos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
“El fuego que quema más en la organización Raiders es la voluntad de ganar”, son palabras de Al Davis, dueño del equipo que falleció en 2011 y que ahora será recordado con el encendido de un pebetero por parte de el ex campeón olímpico de México 1968 y activista social Tommie Smith.
Raiders es una de las grandes sorpresas de esta temporada, luego que con marca de siete ganados y dos perdidos peleando en el Oeste de la Conferencia Americana.
El compromiso de la organización negro y plata con nuestro país ha sido total. Ayer por la tarde el head coach Jack del Río, mediante su fundación, realizó un donativo de 10 mil dólares a la asociación Mano Amiga que apoya el desarrollo de niños de escasos recursos.
Según un programa de predicción, Oakland tiene el 63 por ciento de posibilidades de quedarse con la victoria. En las apuestas los colocan favoritos por seis puntos, pero el inconveniente para ellos es que siempre que salen como el equipo predilecto han perdido (0-3).
El quarterback Derek Carr, el receptor Amari Cooper y el ala defensiva Khalil Mack, son la cara de un conjunto que ha sorprendido con 19 jugadores que no fueron reclutados en el Draft pero que mantienen a flote el barco de los “Malosos”
Los Raiders arribaron a Toluca a las 17:30. De ahí fueron trasladados a un hotel de Polanco donde pasaron la noche de ayer.
Tres horas antes, los Texans llegaron al aeropuerto encabezados por su quarterback Brock Osweiler y el receptor DeAndre Hopkins.
Liderada por los apoyadores Benardrick McKinney, octavo mejor de la Liga en tacleadas con 81 combinadas, y Whitney Mercilus, así como por el profundo Quintin Demps, la defensa texana admite 317.4 yardas y 20.9 puntos por partido, lo cual podría representar un reto para los californianos.
El gran problema para Houston llega cuando su ofensiva entra al campo de juego. Su ataque es apenas el número 30, con 308.8 yardas y 17.9 puntos por partido.