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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Estadio Ciudad de los Deportes. 5 de agosto de 1978. Restan dos horas para el kickoff y al emparrillado salen a calentar los jugadores de los Eagles de Filadelfia y Saints de Nueva Orleans, que protagonizarán el primer partido de la NFL fuera de Estados Unidos. Archie Manning, quarterback de los Saints pasea y analiza el césped. Lo pisa y lo vuelve a pisotear como un soldado marcha en desfile militar. Se muestra caprichoso y amaga con no tomar ni un sólo drive. Teme que el pasto se levante y le cause una lesión que termine con su carrera. Platica con su coach Dick Nolan y de pronto un mexicano se acerca…
Es Alejandro Morales, quien no quiere que una tarde que está marcada para ser histórica, muera antes de nacer. Eso ya sucedió hace 10 años (1968)... cuando en medio de revueltas juveniles, la NFL decidió cancelar el encuentro entre Eagles y Lions de Detroit que se llevaría a cabo el 11 de agosto en el Estadio Azteca.
“Yo era el administrador del Estadio de la Ciudad de los Deportes. Yo le dije a Guillermo López Portillo, quien era el director del INDE, que necesitábamos cambiar el pasto, pero no me hizo caso hasta dos días antes del partido. Cuando salen a calentar los equipos, el césped se levanta y entonces Archi Manning no quería jugar”, recuerda Morales.
López Portillo se entera de la situación y comienza a presionar a Morales para que desahogue la preocupante situación.
“Guillermo se me acerca y me dice ¿Cómo es posible que Manning no juegue?, arréglalo. Entonces voy con Archi a pedirle que juegue, le dije que mi trabajo estaba en riesgo”.
Manning accede. Hasta ese momento, su currículum en el futbol profesional no es suficiente para calzarse el traje de divo. Acumula 51 derrotas como pasador titular en seis campañas con los Saints y además, el ambiente es eléctrico. Como si fuera un clásico universitario de nuestro país, los huelum y goyas sacuden las tribunas.
Desde que se anunció la visita de la NFL se creó una expectación poco antes vista. Un día antes del partido, los Eagles tuvieron que cambiar su sede de entrenamiento. En lugar de llegar al Deportivo Miguel Alemán, en la colonia Lindavista, donde ya los esperaban cientos de aficionados, se trasladaron al campo de Cheyenes en la Unidad del Instituto Politécnico Nacional de Zacatenco.
Ante la mirada de estudiantes y niños que se encontraban practicando, el conjunto de Filadelfia realizó su práctica con uniforme de cortos.
Los Saints decidieron realizar su sesión por la mañana del 5 de agosto en Florida y llegar a la Ciudad de México sólo para descansar.
Desde las primeras horas, el estadio de la Ciudad de los Deportes se encuentra lleno. Un ballet folclórico de Guadalajara ameniza la previa. Una banda tradicional de jazz acompaña al igual que “Las Angelitas”, el grupo de animación de los Saints, que son presas de piropos y halagos.
Todavía con óxido al ser un partido de pretemporada, los jugadores no lograron mostrar todo su nivel. El que sí lo hizo fue el novato Wes Chandler, ala cerrada novato que se escapó 93 yardas para impulsar el triunfo de los Saints 14-7 sobre los Eagles.
Así inició la internacionalización de la NFL y un romance con nuestro país que hoy vivirá su noveno capítulo, cuando Texans de Houston se enfrenten a Raiders de Oakland.