San Francisco.— La cada vez más necesaria e imprescindible seguridad en torno a los grandes eventos deportivos que se celebran en Estados Unidos alcanza su grado máximo cuando llega la hora del Super Bowl, y este año para sus Bodas de Oro es especial.

Tras los trágicos sucesos terroristas que se dieron el año pasado en París y San Bernardino (California), la disputa del Super Bowl 50 en la bahía de San Francisco, ha generado un despliegue especial de fuerzas del orden de todas las agencias federales, estatales y locales que a menos de 24 horas que de comienzo el gran partido están ya en alerta máxima.

Decenas de miembros de la policía y del ejército visibles o encubiertos, además de diversos sistemas de seguridad más patrullan todos los días.

Las áreas de seguridad van más allá del estadio Levi’s y las establecidas para las celebraciones de los aficionados, como el Super Bowl City o NFL Experience.

Por cualquier parte de las ciudades de San Francisco, Santa Clara, San José, Oakland y zonas cercanas se han establecido controles, verificaciones y la presencia activa de las fuerzas del orden.

La seguridad en todos los Super Bowls y partidos de la NFL han sido prioridad y alerta máxima desde (los atentados del 11 de Septiembre del 2001), confirmó Brian McCarthy, vicepresidente de comunicaciones de la NFL.

Desde hace más de una década, el Super Bowl está clasificado como un evento de Nivel 1 de Seguridad Nacional y por lo tanto se cuidan todos los aspectos y hasta el más mínimo detalle.

Además de todo el apoyo oficial, la NFL señaló que contrató a más de 4,000 agentes de seguridad privada, que se suman a la policía, ejército y otras áreas del gobierno, locales, estatales y federales.

“Todo lo anterior le da a la NFL una gran confianza en la seguridad de nuestro evento principal del año, tanto a los equipos y aficionados”, destacó Jeffrey Miller, vicepresidente de seguridad de NFL. “Es una prioridad irrenunciable”, enfatizó.

Por su parte, autoridades del Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina Federal de Investigación (FBI) señalaron a principio de semana que no había ningún indicio “creíble” como para pensar que hubiera riesgo serio de seguridad en el Super Bowl 50 o eventos paralelos. Las autoridades no bajan la guardia y están atentas a cualquier llamado.

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