Peyton Manning mantiene el mismo punto de vista con respecto al informe de Al Jazeera y que lo vinculó con una clínica que distribuye la hormona de crecimiento humano.

La presencia de Manning en el Super Bowl asegura que el tema volverá al tapete —seguramente varias veces— en los próximos 10 días. Pero el quarterback de los Broncos de Denver sostuvo el jueves que guarda el mismo desprecio a lo publicado que cuando reaccionó por primera vez.

"Fue basura desde el primer día y lo sigue siendo ahora", señaló.

Lo último sobre el "Peytongate" fue que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, mejor conocida por dejar en evidencia a Lance Armstrong y supervisar el deporte olímpico en el país, confirmó el jueves que ayuda a la NFL en la investigación exhaustiva sobre el caso Manning. La USADA (las siglas en inglés de la agencia) también colabora con el béisbol de Grandes Ligas, debido a que varios peloteros fueron implicados en el reporte de Al Jazeera.

La noticia sobre la investigación de la NFL no tomó a nadie desprevenido. Pero la decisión de la NFL de reiterar su intención volvió a atizar el reportaje que se transmitió a fines del mes pasado, coincidiendo cuando Manning recuperaba la titularidad que perdió por una lesión en el pie.

"Me parece bien. No es nada nuevo para mí", dijo Manning sobre la investigación, en el día que los Broncos volvieron a su rutina de cara al Super Bowl.

¿Será una distracción en los preparativos para el partido del 7 de febrero contra Carolina?

"Para nada", replicó.

El mes pasado, Al Jazeera informó que un pasante de una clínica antienvejecimiento fue grabado secretamente al dar entender que en 2011, la esposa de Manning recibió la HGH, sustancia prohibida por la liga. Manning, entonces jugador de los Colts, se recuperaba de cirugías en el cuello.

Pero Charles Sly, el pasante, se retractó. Manning salió al paso, tildando el reportaje como un "absoluto invento, pura porquería, basura". También insistió que no recurrió a sustancias dopantes en su regreso al deporte tras perderse 2011 por las lesiones en el cuello.

La NFL tuvo que tomar cartas en el asunto. Aunque no se espera que los resultados se conozcan antes delSuper Bowl, la investigación permite a la NFL escudarse ante quienes pueden asegurar que protege a sus estrellas.

Hace un año, Tom Brady y los Patriots se vieron inmersos en el "Deflategate". Se trató de una investigación sobre balones inflados indebidamente y que rozó lo ridículo, pero que en todo caso fue la comidilla durante la semana del Super Bowl y varios meses después.

La NFL pondrá a Manning bajo la misma lupa, aunque se trate de un caso totalmente distinto y, al final de cuentas, mucho más serio.

Travis Tygart, el director de la USADA, declinó dar declaraciones sobre el caso de Manning al señalar que la agencia está involucrada. Pero indicó que "los atletas se merecen tener el mejor programa antidopaje para salvaguardar sus derechos y, si surgen cuestionamientos, poder salir a decir: 'Estoy limpio, competí limpiamente y me sometió a los estándares más exigentes'''. Cualquier otra cosa va en detrimento de los jugadores, y ellos se merecen más".

A 10 días del Super Bowl, y por lo menos tres comparecencias que Manning deberá tener ante la prensa, es obvio que no será la última vez que deberá responder preguntas sobre el asunto, al prepararse para el que sería su último partido.

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