Durante décadas, la NFL ha buscado, sin cansancio, la paridad. Todo inició con Pete Rozelle, en la década de los 70, y Paul Tagliabue y Roger Goodell siguieron con esa consigna.

La Semana 10 es un ejemplo de que el sueño de estos tres hombres se ha hecho realidad y de que, en la NFL, cualquier cosa puede pasar. Cualquier domingo.

¿Paridad o mediocridad? Esa es otra discusión.

Hasta antes del juego nocturno entre Arizona y Seattle, siete equipos considerados “underdogs” en las casas de apuestas dieron la sorpresa y ganaron en una de las semanas más locas que recuerde.

Todo comenzó el jueves con el triunfo de los Bills sobre Jets (favoritos por 2.5), y ayer los resultados inesperados llegaron en cascada con las derrotas de Ravens (5.5), Packers (11.5), Eagles (6.5), Rams (7), Saints (1) y Broncos (5.5).

Los Lions habían perdido 24 juegos consecutivos ante los Packers en Wisconsin, siendo su último triunfo contra Green Bay como visitante el 15 de diciembre de 1991 (21-17). Aaron Rodgers tenía 8 años de edad.

Pero ayer Rodgers y la ofensiva de los Packers tuvieron su tercer partido mediocre en fila y Green Bay cayó a 6-3, después iniciar la campaña con seis triunfos y con la estampa de favorito en la NFC para jugar el Super Bowl.

Ahora pocos se atreverían a asegurar que estos Packers son verdaderos contendientes en la Conferencia Nacional.

Lo que sucedió en Denver es significativo. En el mismo partido en el que impuso el récord de todos los tiempos de yardas para un quarterback, Peyton Manning fue mandado a la banca en el tercer periodo, después de uno de los juegos más infames de su ilustre carrera.

Manning, cinco veces MVP de la liga, había completado apenas 5 de 20 pases para 35 yardas y cuatro intercepciones, y su rating terminó en 0.0 (cero punto cero, por si pensaste que era error de impresión).

Manning llegó al partido con lesiones en el pie y costillas, y el coach Gary Kubiak dijo tras la derrota ante Kansas City que mandó a la banca al veterano “para protegerlo”.

Ravens (2-7), Saints (4-6) y Rams (4-5) complicaron aún más sus posibilidades de clasificar a Playoffs con sus derrotas ante Jacksonville, Washington y Chicago, respectivamente.

Eagles (4-5) se benefició del revés de los Giants, y Broncos (7-2) aún tiene tres juegos de ventaja sobre Oakland y Kansas City en el Oeste de la AFC, pero Kubiak tendrá que pensar seriamente quién será su quarterback titular el domingo en Chicago.

Los Bears, por cierto, han ganado dos en fila y su coach es John Fox, quien fue despedido a principios de año por los Broncos.

SUSTO A PATRIOTS

Parecía que los Giants lo hacían de nuevo.

Pero su error fue dejarle “demasiado” tiempo a Tom Brady, y el estelar quarterback de los Patriots demostró por qué va que vuela para MVP de la NFL.

Después de un gol de campo de Josh Brown con el que los Giants tomaron ventaja de 26-24 con 1:47 en el reloj, Brady comandó una serie de 12 jugadas y 44 yardas para preparar el gol de campo de Stephen Gostkowski, de 54 yardas a un segundo del final, con el que los Patriots derrotaron a su némesis y mantuvieron su marca perfecta (9-0).

Brady pasó un par de sustos en el proceso. Primero una aparente intercepción del safety Landon Collins, pero la repetición mostró que Collins no tuvo posesión del balón; y luego, una conversión en cuarto down, con 10 yardas por avanzar. Brady conectó con Danny Amendola tres veces para 32 yardas en la última serie ofensiva.

Los Giants aparentemente anotaron un touchdown en su última ofensiva, cuando Odell Beckham Jr. atrapó un pase de cinco yardas en las diagonales, pero la anotación fue denegada tras la revisión del video.

Brady, quien ha lanzado al menos dos pases de touchdown en todos los juegos de esta campaña, es líder de la liga en tres categorías mayores: 3 mil 43 yardas, 24 touchdowns y rating de 111.1.

Brady (40-12 en noviembre) comandó su ofensiva ganadora en el cuarto periodo número 49.

Es cierto, es sólo campaña regular, pero créeme que este triunfo sabe a miel a Brady y el coach Bill Belichick, que han sido derrotados dos veces en el Super Bowl por Eli Manning y los Giants.

“BIG BEN”, EL HOMBRE DE ACERO

Se suponía que estaba lesionado. Los Steelers consideraron no activarlo para el juego contra Cleveland, pero finalmente el quarterback Ben Roethlisberger inició en la banca -como suplente de Landry Jones- con una lesión en el pie.

Y, entonces, Jones se lesionó la pierna izquierda y Pittsburgh se vio forzado a usar al “Big Ben”.

Roethlisberger respondió con 379 yardas, tres touchdowns y un rating de 123.2. Sus 379 yardas son un nuevo récord de la NFL para un quarterback que no inicia un partido; la marca anterior pertenecía a Wade Wilson (Minnesota), con 374.

“Preparación mental, más que preparación física”, dijo el “Big Ben”. “Y los muchachos jugaron muy bien”.

La defensiva de los Steelers tuvo uno de sus mejores días de la campaña: al menos seis jugadores fueron acreditados con media captura de quarterback (Lawrence Timmons, Ryan Shazier, Cameron Heyward, Stephon Tuitt, Arthur Moats y Jarvis Jones) y únicamente aceptaron 15 yardas por tierra.

AP, HISTÓRICO

Adrian Peterson corrió para 203 yardas en el triunfo de los Vikings, 30-14 en Oakland. Fue la sexta ocasión que Peterson corre para 200 yardas en un partido, con lo cual empató al legendario O.J. Simpson.

Peterson suma 11 mil 151 yardas y 91 touchdowns en 113 juegos en la NFL, con los que iguala a Jim Brown -otro semidiós de la NFL- como los únicos en la historia con al menos 11 mil yardas por tierra y 90 anotaciones en sus primeros 113 partidos.

¿SE ME OLVIDA ALGO?

Ah, y los Cowboys perdieron el séptimo juego en fila tras la lesión de Tony Romo, su peor racha desde 1989.

Esta vez Tampa Bay fue el verdugo del equipo de Jerry Jones. Los “Bucs” ganaron un partido en el que anotan 10 puntos o menos por primera ocasión desde 2005.

Así de triste...

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