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La diferencia en el marcador era de sólo seis puntos. New England ganaba 27-21 con 1:14 por jugarse en el tercer periodo. Los Colts tenían cuarto down y tres yardas por avanzar en su propia yarda 37. Y, entonces, vino la jugada de equipos especiales más estúpida de la historia.
El coordinador de equipos especiales de Indianapolis, Tom McMahon, quiso verse ingenioso y tras la formación tradicional de patada de despeje, los Colts repentinamente alinearon a 9 jugadores del lado derecho, a un “quarterback” y un centro. Los Patriots parecían listos para el truco (siempre lo están, de hecho) y dejaron a tres defensivos frente al “pasador” y el centro.
Luego vino la parte inverosímil: el centro le dio el balón al supuesto quarterback, quien de inmediato fue tacleado por dos defensivos de New England.
Seis jugadas después vino la parte inevitable: Tom Brady localizó a LeGarrette Blount con un pase de 11 yardas y los Patriots anotaron el touchdown que selló el triunfo, el séptimo en fila sobre Indianapolis, incluidos Playoffs.
No fue precisamente la manera en la que Tom Brady quería el desquite con los Colts por aquello del “Deflategate”, pero ir al Lucas Oil Stadium y vencer a este supuesto “contendiente” debió dejar un sabor dulce en la boca del quarterback de los campeones.
Ojalá los Colts hayan aprendido la lección: Bill Belichick sólo hay uno. Esas jugadas no se ensayan en un fin de semana, se trabajan desde el training camp en julio y se estudian todos los “asegunes” con los oficiales y árbitros que auxilian en las prácticas.
Prueba de que los Colts no tenían ni idea de lo que hacían es que les marcaron castigo por formación ilegal. En tres palabras: hicieron el ridículo.
“La jugada del despeje, asumo la responsabilidad”, dijo el coach de Indianapolis, Chuck Pagano. “La idea era [usarla] en cuarto down y tres yardas o menos, cambiar la alineación a donde los agarramos mal alineados y tratan de sustituir a gente; tratar de agarrarlos con más gente en el campo, 12 hombres en el campo... No hice un buen trabajo en la semana porque no nos alineamos correctamente y luego hubo un problema de comunicación entre el quarterback y el centro y todo es culpa mía… Obviamente, fue un gran factor en esta derrota. Darles la posición de campo y el touchdown”.
Indianapolis dio pelea justo hasta antes de ese fiasco “especial” y me parece que ya es pánico lo que este equipo siente cuando los Patriots están enfrente.
¿Super Bowl para los Colts? Sí, claro, cuando aprendan a derrotar a su némesis.
Bengals, legítimos contendientes
Cincinnati está 6-0 por tercera vez en la historia de la franquicia (1975 y 1988). Y por primera vez desde 2003, cuando Marvin Lewis se convirtió en el head coach de este equipo, los Bengals son legítimos contendientes en la AFC.
Todo comienza con Andy Dalton, quien vive una campaña digna de MVP, con 14 pases de touchdown, dos intercepciones y rating de 116.1. Para que quede más claro, son números de Aaron Rodgers.
Ayer, después de una primera mitad en la que sólo completó 8 de 14 pases para 78 yardas, Dalton comandó dos series ofensivas que terminaron en touchdowns para comenzar el tercer periodo. Al final, sus números en Buffalo fueron de 22 de 33, 243 yardas, 3 envíos de anotación e índice de 118.6.
Dalton ha superado los 115 puntos de rating en cinco de los seis juegos de esta campaña, y en cuatro de ellos no ha sido capturado. Eso en parte al buen trabajo de la línea ofensiva, pero también gracias a la velocidad con la que Dalton se deshace del balón.
Es el cuarto año consecutivo que Dalton opera en la misma ofensiva, así que conoce hasta las tripas el libro de jugadas de Hue Jackson, coordinador ofensivo de los Bengals.
Sus receptores son más que adecuados: A.J. Green, Mohamed Sanu y Marvin Jones. Pero quien realmente se ha lucido este año es el ala cerrada Tyler Eifert, quien en su tercer año en la NFL va que vuela al Pro Bowl: 28 recepciones, 342 yardas y 6 touchdowns (líder del equipo).
La dupla que conforman en el backfield Giovani Bernard y Jeremy Hill le ha dado a Cincinnati el décimo mejor ataque terrestre de la NFL, uno que promedia 122.2 yardas por juego.
Con una defensiva que tiene 17 capturas, 5 intercepciones y ha forzado 5 fumbles, el coach Marvin Lewis esta vez no tiene pretexto.
Lewis está 0-6 en Playoffs y si no gana en enero de 2016, el señor Mike Brown, presidente de los Bengals, debería rescindir su contrato.
Panthers y Broncos, también
Hasta antes del partido de ayer en Seattle, la defensiva de los Seahawks no le había permitido un touchdown a la ofensiva de Carolina en 208 minutos. Pero Cam Newton lanzó una espiral de 26 yardas a Greg Olsen con 32 segundos en el reloj y las Panthers no sólo vinieron de atrás, sino que ganaron en Seattle y mantuvieron su marca perfecta (5-0).
Olsen, el estelar ala cerrada de Carolina y objetivo favorito de Newton, tuvo un juego espectacular con 7 recepciones y 131 yardas. En la campaña suma 24 balones atrapados, 374 yardas (15.6 por recepción) y 3 anotaciones.
En los Playoffs de la campaña pasada, las Panthers fueron eliminadas en Seattle al son de 31-17. En ese juego, Olsen apenas atrapó cuatro balones para 58 yardas.
Ayer, Newton tuvo una sólida actuación en el cuarto periodo, al completar 12 de 15 para 169 yardas ante la llamada “Legion Of Boom”. Newton, quien comandó un par de series ofensivas de 80 yardas que terminaron en touchdown en ese último cuarto, es la principal razón por la que Carolina debe ser considerado contendiente en la NFC.
En Cleveland, pese a Peyton Manning, los Broncos (6-0) se las ingeniaron para permanecer invictos, con un cardiaco triunfo sobre los Browns en tiempo extra.
Manning sufrió tres intercepciones, una de ellas en la prórroga, pero la defensa de Denver siempre está ahí para dar la cara por el veterano quarterback.
Después de la intercepción a Manning en el tiempo extra, Denver registró dos capturas a Josh McCown en jugadas consecutivas, lo cual dejó a Cleveland fuera de rango de gol de campo.
Entonces Manning llevó a los Broncos desde su propia yarda 12 hasta la 16 de los Browns para que Brandon McManus conectara el gol de campo de la victoria.
La de los Broncos es la segunda mejor defensiva de la NFL en cuanto a yardas, con un promedio de 281.3 por juego. Además, los Broncos son líderes en capturas de quarterback (26) y fumbles forzados (9); son segundos en intercepciones (9) y terceros en defensiva contra el pase (192.2).
Estoy seguro que esto no es lo que el coach Gary Kubiak tenía en mente cuando llegó a Denver, porque su ataque terrestre es anémico con 85 yardas por juego, pero mientras sus Broncos sigan ganando, lo único que importará será esa bonita “W” en la columna de ganados y perdidos. No importa cómo.
Resurgen los Steelers
Cuando los Cardinals anotaron en la segunda serie ofensiva del partido, parecía que lo que muchos pronosticamos se haría realidad.
Pero los Steelers, que aceptaron 469 yardas de Arizona, no permitieron otro touchdown en las restantes 10 ofensivas de los Cardinals, que llegaron a este partido promediando 38 puntos por juego y sólo pudieron anotar 13 en el Heinz Field.
Carson Palmer completó 29 de 45 para 421 yardas, pero fue interceptado en dos ocasiones.
Por tierra, Pittsburgh sólo permitió 55 yardas.
A la ofensiva, Landry Jones suplió al lesionado Michael Vick y lanzó dos pases de touchdown a Martavis Bryant, incluida una jugada de 88 yardas para sellar el triunfo de los Steelers, que mejoran a 4-2 y se alistan para viajar a Kansas City, donde esperan que Ben Roethlisberger regrese a la titularidad.
Bryant atrapó seis pases para 137 yardas y dos anotaciones en su debut en la campaña 2015.
Los Cardinals (4-2), que fueron castigados 9 veces para 111 yardas en Pittsburgh, deben reagruparse, porque después de los juegos contra Baltimore, en Cleveland y la semana de descanso, viene una racha brutal de cuatro juegos que podría definir su temporada: en Seattle, Cincinnati, en San Francisco y en St. Louis.
¿Sobrevivirán los muchachos del coach Bruce Arians?