Por toda la ciudad natal del recién fallecido ex boxeador Muhammad Ali, los fieles acudían a misas para lamentar la pérdida del llamado ‘Louisville Lip’, el hijo predilecto de la ciudad.

En esta ciudad será también donde se lleve a cabo el funeral del ex campeón mundial el viernes, un evento que estará abierto a todo el público y que será transmitido a todo el mundo.

“Pensé que no debía morir, era tan bueno”, indicó Andre Watkins, ciudadano de Lousville, desde la Iglesia Bautista Misionera King Solomon, no muy lejos de la pequeña casa de color rosa donde Ali creció.

El hermano de Ali, Rahaman Ali, llegó al lugar antes de la misa para unirse a los dolientes.

La reverenda Wanda McIntyre dijo que lo que ella más recordaba de Ali era esa famosa y contagiosa sonrisa. El boxeador iba en compañía de su padre a rezar ocasionalmente, incluso después de haberse convertido al islam, agregó. Eso le recordó a ella que él creía sobre todo en vivir la vida con tolerancia.

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