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Esta vez sí pudo Saúl ‘Canelo’ Álvarez (46-1-1, 32KO) contra uno de los llamados “grandes del boxeo”. El boxeador mexicano se llevó la victoria ante el puertorriqueño Miguel Cotto (40-5, 33KO), por decisión unánime, en una pelea en donde mostró oficio para conectar más golpes. Con este triunfo, además de llevarse el cinturón medio del Consejo Mundial de Boxeo, da un paso importante en su carrera para colocarse en la elite internacional.
Tras alzar el título, el mexicano se le preguntó sobre si pelearía con Gennady Golovkin a lo que contestó: “Si quieres me pongo ahora mismo los guantes para pelear".
En la lectura de las tarjetas, los jueces dictaminaron un 117-111, 119-109 y 118-110 para concretar la victoria de Álvarez en el Events Center del Mandalay Bay de las Vegas. ‘Canelo’ fue el que más castigó, el que más golpes de poder conectó y el que tuvo mejor defensa. Con este triunfo suma su tercer título mundial en dos divisiones distintas.
En el primer round, ambos boxeadores se tomaron la medida. Golpes de tanteo, distancia de por medio y varias fintas para analizar la reacción del rival. Canelo por momentos tomó la iniciativa. Se adelantó a tirar golpes, en tanto que Cotto esperó a contragolpear. El público presente les ovacionó todo.
Cotto apostó a la velocidad para conectar golpes de poder, mientras que Canelo se fue en búsqueda de la combinación de golpes y a la caza de un sólido castigo para aprovechar su ventaja de peso
Luego de tres asaltos, el combate se mantenía en un punto muy parejo. Ambos puños lograban llegar a sus objetivos pero así también ambos peleadores mostraban resistencia para aguantar de todo. El boricua dejó ver un boxeo más elaborado en movimientos de piernas que a su entrenador Freddie Roach parecía convencerlo.
Para el quinto giro, Cotto se animó a fajarse contra el tapatío. Se le plantó en corto para aplicarle el uno y dos. Canelo, ni siquiera se inmutó. Saúl Álvarez sí logró un par de jabs de poder que fueron agradecidos por los miles de mexicanos al grito de “Canelo, Canelo, Canelo”.
A la mitad de la contienda, ninguno daba síntomas de resentir la batalla. El puertorriqueño se percató que el movimiento constante sobre el ring lograba desesperar a Álvarez y comenzó a explotarlo más. El mexicano empezó a bajar la guardia para optar por el movimiento de cintura para quitarse las reyertas.
En el séptimo giro, Canelo empezó con los desplantes de que también tenía piernas para ir a la casa del boricua, Y sí que logró sumando con sus uppers de contragolpe. Pero lo mejor que mostró fue su manera de quitarse golpes. En esta instancia, ambos peleadores habían conectado cerca de 75 golpes cada uno.
Finalmente se animaron al intercambio de golpes para el octavo asalto. Sin ceder ni un centímetro, se plantaron en el centro del cuadrilátero para tirar y recibir castigos, en donde el mexicano se llevó la mejor cosecha. Conectó en más ocasiones y muchos de sus puños fueron golpes de poder. Esto enloqueció al graderío.
Al comenzar los últimos rounds de la pelea, Saúl Álvarez comenzó a verse mejor. Sus castigos fueron más frecuentas y Cotto empezó a respirar por la boca. Al puertorriqueño se le empezaban a acabar sus energías. En la arena del Mandaly Bay se empezó a entonar el “Cielito Lindo”, pues sentía que el mexicano comenzaba a inclinar la balanza a su favor. Cotto respondió con un volado que casi clavan al boricua sobre el ring al final del décimo.
Para cerrar el combate, Miguel volvió al movimiento constantes sobre piernas. Un estilo que le estaba resultando al inicio del combate. Sin embargo, era demasiado tarde, pues el tapatío sumaba una mayor cantidad de golpes conectados y, con ello, las tarjetas a su favor. Ambos peleadores cerraron de manera intensa su batalla que ya se suma a la histórica rivalidad de México y Puerto Rico en el boxeo.