Más Información
ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Cuando se anuncia una pelea entre mexicanos y puertorriqueños, las probabilidades de que se vuelva un clásico del boxeo son tan grandes como la cantidad de sangre que se derrama en estos combates que son tejidos con el hilo del drama y concluidos con la etiqueta de “imperdible”.
Así lo han trenzado a lo largo de los años notables peleadores como Wilfredo Gómez, Wilfredo Benítez, Héctor ‘Macho’ Camacho, Iván Calderón, Juan Manuel López, Miguel Cotto, por los boricuas y Luis ‘Kid Azteca’ Villanueva, Salvador Sánchez, Julio César Chávez, José ‘Pipino’ Cuevas, Orlando Salido, Antonio Margarito, Ricardo ‘Finito’ López y Giovani Segura, que se metieron a los encordados para comerse a su rival a puños.
Basta con recordar cuando Salvador Sánchez cayó a Wilfredo Gómez al noquearlo en el octavo round de la pelea celebrada en el emblemático Cesars Palace de Las Vegas, en lo que es considerado el top de esta rivalidad.
Mexicanos y puertorriqueños han disputado el campeonato mundial en 105 ocasiones. Los caribeños tienen 55 victorias por 47 de los tricolores, además de un empate y dos ‘no contest’, cifras que reflejan la paridad que existe en esta rivalidad que deja de lado a los favoritos y sólo atiende a los ganadores, como sucedió por primera ocasión en 1934 cuando el boricua Sixto Escobar noqueó en el noveno asalto al favorito e ídolo de la Arena México, Rodolfo ‘Chango’ Casanova, en un pleito celebrado en Montreal.
Si bien ese fue el inicio de las hostilidades, el verdadero despertar del odio deportivo entre estos países sucedió en la década de los 70’.
Pipino Cuevas destronó a Ángel Espada en 1976, Wilfredo Gómez le quitó el invicto a Carlos Zárate en 1978 y un año después Wilfredo Benítez le arrebató la faja mundial a Carlos Palomino, creando un círculo de necesidad entre mexicanos y puertorriqueños que continúa hasta nuestros días y parece no tendrá fin.
Esta noche Saúl Álvarez y Miguel Ángel Cotto, tienen en sus manos añadir otro clásico al boxeo mundial o ser recordados más por el entorno que se creó.