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Germán Sánchez, doble medallista olímpico (Londres 2012 y Río 2016) espera que la cuarta sea la vencida y al fin reciba el Premio Nacional de Deportes (PND), que se le ha negado en tres ocasiones previas.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el clavadista confiesa que obtener el galardón es uno de los pendientes en su exitosa carrera.

“Me postularon en Londres cuando gané la plata en sincronizados con Iván García, después por obtener medallas mundiales. Me encantaría ganar porque recuerdo bien la cara de mi compañero Rodrigo Diego cuando lo hizo; en ese momento dije ‘ yo quiero ser reconocido como el mejor atleta’”, explicó.

Méritos le sobran. Además de las dos preseas olímpicas de plata, Germán argumenta que sus medallas se ganaron con un equipo multidisciplinario mexicano encabezado por el entrenador Iván Bautista.

“Me llena de orgullo que ese gran hombre [Iván] también esté postulado, pues ya suma tres preseas olímpicas. Este año en particular creo que tengo mucho a mi favor para obtener el Premio por el mérito de competir con una lesión en el hombro. Los doctores estaban sorprendiso y me comentaban que las medallas se pueden ganar con el corazón, porque competir con esa lesión era muy complicado”, explica el clavadista, quien está postulado también para el Premio Nacional al Mérito Deportivo.

Sánchez, quien ayer se enteró de que obtuvo el Premio Estatal del Deporte de su estado, reconoció que la pugna por el PND será complicada, pues también están postulados los medallistas olímpicos Guadalupe González (marcha) y la taekwondoín María Espinoza, ganadora de plata en Río de Janeiro.

“Los respeto a todos, porque son los mejores en sus disciplinas, al final el jurado será quien decida a los ganadores”, comenta Sánchez, quien estuvo postulado en 2011, 2012 y 2015.

La medalla argenta obtenida en Río de Janeiro, es una de las metas más complicadas que ha concretado el seleccionado nacional.

“La gente no vio las lágrimas que dejé en la alberca antes de competir, tampoco supo que llegaba llorando a casa y simplemtne quería un abrazo. Todas esas cosas forjaron mi carácter, esa fuerza que saqué cuando fue necesario”.

—¿Los Olímpicos de Tokio 2020 ya están en tus planes?

—Claro. Después de lo que he conseguido la exigencia va a ser mayor para mí, pero siento que soy un clavadista más maduro y puedo con la responsabilidad. Además me encanta Japón y su cultura, para mí sería un sueño estar ahí.

—¿Cuál es tu próxima meta?

—Siempre se puede mejorar y el siguiente paso es la medalla de oro. Hay que ir paso a paso porque hoy en día me doy cuenta de que tengo que ser más inteligente en mis entrenamientos para rendir de la mejor manera. Ya no soy el niño al que no le duele nada y puede aguantar duros entrenamientos. Ahora tengo que cuidarme más y pensar en estar sano.

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