Miami.— José Fernández desertó de Cuba en bote en su cuarto intento siendo un adolescente, y cuando su madre cayó en el Canal de Yucatán durante la travesía, él se lanzó al agua y la rescató.
El trasfondo heroico de Fernández hizo de su muerte, ocurrida a primeras horas del domingo, mucho más desgarradora. El carismático as de los Marlins de Miami falleció en un accidente en bote. Tenía 24 años.
Fernández y otras dos personas murieron cuando su embarcación de 10 metros (32 pies) de longitud chocó contra un rompeolas en Miami Beach.
Apenas se reveló que el pitcher de los Marlins era una de las personas fallecidas, las reacciones fueron inmediatas en el deporte. Mediante un comunicado, Grandes Ligas señaló que “estamos estupefactos y devastados”.
El encuentro que los Marlins iban a disputar de local ayer contra los Braves de Atlanta fue cancelado. Hoy saldrán al diamante para enfrentar a los Mets.
Sin juego en Marlins Park, los jugadores y el manager Don Mattingly estuvieron en conferencia.
El venezolano Martín Prado, extraoficialmente el capitán del equipo, habló en nombre de sus compañeros y trató de expresar con palabras la muerte de Fernández. Mike Dunn sostuvo la camiseta con el No. 16 del cubano.
“Este es un momento bien difícil para mí y para todos”, expresó Prado, quien al igual que sus compañeros vistieron el jersey negro del equipo. “Cuando llegué a los Marlins el año pasado, sabía que una de las piezas más importantes del club era José”.
El martes, Fernández lanzó ocho entradas y ponchó a 12 bateadores en la victoria de los Marlins por 1-0 sobre los Nacionales. En sus 76 aperturas en las Mayores, quizás no hubo una mejor que esa última vez que subió a la lomita del Marlins Park.
“No le importaba nunca a quién enfrentaba. No le importaba contra quién jugaba. Uno de los muchachos contó hoy algo que él le dijo a uno de sus compañeros que la última vez que pitchó ante los Nacionales fue su mejor juego. Y ahora se fue”, declaró Prado.
Detrás del montículo del Marlins Park está pintado el número 16 de Fernández. Varios jugadores, incluyendo a Dee Gordon, caminaron hacia la loma para rendirle tributo. Gordon no paró de llorar.
Al igual que los peloteros de los Marlins, decenas de elementos ligamayoristas expresaron sus condolencias por la tragedia de una luz que ayer dejó de brillar.