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Stephen Curry contra LeBron James, los Warriors de Golden State ante los Cavaliers de Cleveland: las finales de la NBA comenzarán hoy con el duelo que todos esperaban ver al inicio de la temporada, una revancha del año pasado aunque bajo circunstancias bien diferentes.
Un año atrás, los Warriors conquistaron el anillo de campeón ante unos Cavaliers disminuidos por las lesiones de Kevin Love y Kyrie Irving.
Hoy, cuando la serie comience en el campo de los defensores del título en Oakland, California, Love e Irving estarán en plenas condiciones para ayudar a James a conquistar el primer título en la historia de los Cavaliers.
Los problemas físicos están del lado de los Warriors, que llegan a la final con más sufrimiento del esperado en los Playoffs tras completar la mejor temporada regular de la historia de la Liga, con 73 victorias y sólo nueve derrotas.
El equipo de Curry estuvo a un paso de la eliminación en las finales de la Conferencia Oeste ante el Thunder de Oklahoma City. Sin embargo, Golden State logró una espectacular remontada tras verse 3-1 abajo, lo que supone también un enorme impulso anímico.
“Había mucho en mi cabeza sabiendo que Kev [Love] estaba fuera por el resto de la temporada y que Ky [Irving] estaba sufriendo con las lesiones desde la primera ronda", comentó James.
El astro de los Cavaliers se encuentra por sexta vez consecutiva en la final de la Liga estadounidense de baloncesto. Cuatro fueron con el Heat de Miami, donde fue campeón en 2012 y 2013, y las últimas dos con Cleveland.
Pese a todo, el favorito parece seguir siendo Golden State, un equipo que rompió todos los récords en la temporada regular y que en los playoffs dio una enorme muestra de carácter al remontar su serie ante el Thunder.
“Hace unos días estábamos 3-1 abajo y todo el mundo pensaba que descarrilábamos”, dijo Curry. “Pero en nuestro vestuario estábamos positivos: ‘arreglémoslo, busquemos el modo de meternos otra vez en la serie y a ver qué pasa”, agregó.