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Washington.— “Sin los números el beisbol no tendría pasado ni futuro”, y ayer Max Scherzer entró en los libros al igualar un récord de 20 ponches en un juego de nueve entradas en el triunfo de su equipo los Nationals de Washington 3-2 sobre los Tigers de Detroit.
Ante su ex novena, el ganador del Cy Young en 2013 se comportó como un auténtico oligarca al tener el poder en su brazo derecho con el que fue colgando ceros y, de paso, pintando la pizarra de ponches.
Scherzer se unió a Roger Clemens (1986,1996), Randy Johnson (2001), y Kerry Wood, como los únicos en alcanzar la histórica cifra de 20 abanicados. Max estuvo a un bateador de romperlo, pero James McCann se rehusó a ser el bateador que se recordará y sacó una línea a la tercera base que se convirtió en el out 27 del juego que se desarrolló en la capital de Estados Unidos.
Queda claro que la noche no fue fácil para el line up de los Tigers, pero tampoco para el manager de los Nationals, Dusty Baker, quien arriesgó una victoria por el hito que consiguió Scherzer. Y es que en la apertura del noveno capítulo, cuando el serpentinero tenía 18 abanicados, J.D Martínez abrió la tanda con un cuadrangular que acercó a Detroit a una carrera del empate.
Con el cerrador Jonathan Papelbon calentando, Baker decidió mantener a su abridor y Scherzer le respondió con ponche a Miguel Cabrera. El resultado se puso en juego con un imparable de Víctor Martínez, pero Baker mantuvo la confianza en su as. Sin bolas en el conteo, Justin Upton hizo swing a un slider y con ello las páginas históricas se abrieron para recibir a Scherzer.
El nativo se San Luis, Missouri, realizó 119 lanzamientos y se puso a la par de Johnson como los únicos pitchers con un encuentro de 20 poches y dos no hitters.
Por ahora el juego se llama pitcheo y se apellida Max Scherzer, quien está desquitando los 210 millones de dólares de contrato.