En un año en que abundaron las sorpresas, los deportes sin duda brindaron las suyas.
Desde los Warriors de Golden State, que derrocharon una ventaja de 3-1 en la serie final de la NBA, hasta el pequeño club Leicester City, que ganó la Liga Premier a pesar de tener todas las probabilidades en contra, 2016 fue un año pródigo en sorpresas en estadios y arenas del mundo.
Hasta los Cachorros de Chicago ganaron la Serie Mundial de béisbol por primera vez en 108 años.
Veamos los eventos que nos dejaron boquiabiertos en 2016:
TEMPORADA IMPRESIONANTE, TROPIEZO EN LA FINAL
Los Warriors iniciaron la temporada de la NBA con una racha de 24 triunfos y terminaron con 73-9, la mejor temporada regular de la historia de la NBA. Liderado por los incomparables Stephen Curry y Klay Thompson, Golden State venció a Oklahoma City para ganar la Conferencia del Oeste y se disponía a obtener su segundo título consecutivo. Pero en un giro asombroso frente a Cleveland, los Warriors fueron el primer equipo de la historia que derrocha una ventaja de 3-1 en la final de la NBA al perder dos partidos como locales. "El recuerdo me va a perseguir por algún tiempo", dijo Curry, mientras los Cavaliers de LeBron James festejaban el primer título en la historia de la franquicia.
¡GANARON LOS CACHORROS! ¡GANARON LOS CACHORROS!
No fue el primer título de los Cachorros de Chicago, pero sí que lo pareció. Los entrañables perdedores del béisbol eran los favoritos al formar un equipo poderoso que encabezó las ligas mayores con un récord de 103-59. Pero por tratarse de los Cachorros, tenían que sufrir hasta el final. Quedaron en desventaja de 3-1 frente a los Indios de Cleveland. Pero al igual que los Cavaliers, Chicago reaccionó y ganó tres partidos seguidos, dos de ellos como visitante. El séptimo fue un clásico que servirá de vara para medir a todas las futuras ediciones del Clásico de Otoño: los Cachorros ganaron 8-7 en 10 entradas apasionantes, demoradas por la lluvia. "Lo logramos", dijo el primera base Anthony Rizzo. "No puedo creerlo".
CAMPEONES IMPROBABLES
Si lo anterior parece increíble, vea a Leicester City, el campeón más improbable de la historia de cualquiera de los deportes de masas. Al comenzar la temporada, las apuestas les daban probabilidades de 5.000 a uno en contra, lo que parecía justo para un equipo que jugaba en segunda división hace dos años y evitó el descenso por poco en 2015. Pero Leicester City, con una nómina que costó una baratija en comparación con los grandes de la Premier, obtuvo su primer título en 132 años de historia. "Nadie nos creía capaces de hacerlo", dijo el capitán Wes Morgan, "pero aquí estamos".
BATIR AL MAS GRANDE
Michael Phelps quería coronar su carrera con un último destello de gloria. Entonces le tocó competir con un chico de 21 años de Singapur que siempre tuvo como ídolo al deportista con más medallas de la historia olímpica. Joseph Schooling ganó la primera presea de oro para su país con un triunfo inesperado en los 100 metros mariposa. Phelps ganó la medalla de plata que se sumó a sus cinco doradas en lo que nuevamente se llamó sus últimos Juegos Olímpicos. No fue la única estrella que tropezó en Río: Kei Walsh no ganó el oro en voleibol de playa por primera vez; Serena y Venus Williams perdieron en dobles olímpicos también por primera vez y el fútbol femenino estadounidense no obtuvo medalla alguna, además de quedar como malas perdedoras gracias a Hope Solo.
SERENA TROPIEZA EN AUSTRALIA
La derrota olímpica no fue la más decepcionante para Serena Williams, quien cayó ante la alemana Angelique Kerber en la final. Williams ganó Wimbledon para igualar el récord de Steffi Graf de 22 títulos de grand slam. Entre los hombres la sorpresa la dio Sam Querrey al vencer al doble campeón defensor de Wimbledon Novak Djokovic en la tercera ronda para poner fin a su racha de 30 triunfos en torneos de Grand Slam.
CONGELANDO A LOS INGLESES
Islandia, un país de 300.000 habitantes, no era rival para la poderosa Inglaterra en la Eurocopa. Pero el equipo, en su primer torneo de elite, superó una desventaja inicial y ganó 2-1. Fue una de las derrotas más humillantes de la historia de Inglaterra, y su técnico Roy Hodgson renunció inmediatamente después.