Carlos Felipe Rodríguez entrecierra los ojos para ver de lejos, porque a 100 metros de distancia está su ídolo de la infancia, su modelo a seguir, por quien se puso el suéter y los guantes de portero.

Allá, en la otra portería está Moisés Muñoz, su primo hermano, quien lo inspiró a volverse futbolista profesional, a volverse cancerbero y jugar en el Morelia.

Puede decirse que Moi le enseñó los secretos de la portería, cuando ambos compartían vestidor allá en Michoacán, y al final, nadie sabe para quién trabaja, porque Carlos Felipe mostró que todo lo que aprendió de su primo, lo aprendió muy bien, tanto en la teoría como en la práctica.

América y Morelia empataron a un gol, y mucho tuvo que ver para esto el portero de los Monarcas, que un sinfín de ocasiones frenó los ataques de las Águilas con atajadas de todo tipo, volando de poste a poste, achicando el ángulo, saliendo a cortar a tiempo el ataque.

Los dirigidos por Ignacio Ambriz volvieron a negarle la victoria a sus aficionados, ya que en su reciente presentación en casa cayeron ante los Tigres.

Esta vez, merecieron mejor, pero Carlos Felipe Rodríguez, el primo de Moi, se los negó.

Hasta el minuto 60 fue que el América pudo abrir el ostión... Bruno Valdez de remate con la cabeza dejó parado al portero moreliano.

Morelia no llegó a defenderse, siempre buscó un resquicio para atacar y encontró su premio a los 77’, con otro cabezazo, esta vez obra de Jorge Zárate que venció a Muñoz, y que tranquilizó el corazón de Enrique Meza, quien en la jornada anterior sufrió una taquicardia.

A cien metro de distancia, Carlos Felipe vio como su primo, del que aprendió todo lo que sabe salvaba a su equipo de una derrota, porque Morelia se envalentonó en los minutos finales y fue por todo el premio, pero Moi no dejó que se lo llevaran a Michoacán.

América llegó a diez puntos, es el tercero de la competencia y Morelia se quedó en ocho, con lo que sube al octavo lugar.

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