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Ahí, sobre el histórico tartán de Ciudad Universitaria, Alejandro Palacios dirigió el Goya más conmovedor, el de la renovación de votos con un pueblo que se resistía a su partida. Hace casi mes y medio, el “Pikolín” estaba en la lista de transferibles. Ayer fue el héroe de un partido con trámite en “slow motion” y electrizante final.
Exitoso debut de Francisco Palencia como director técnico en la hoy llamada Liga MX, con la fortuna como principal aliada.
Porque el 1-0 reflejado en el marcador electrónico del estadio Olímpico Universitario resultó demasiado para unos felinos que apenas dispararon dos veces al arco contrario, aunque justo castigo para el Guadalajara, que volvió a presumir su poder de autodestrucción.
Lo que explicó la desazón irradiada por Matías Almeyda. De nueva cuenta, su equipo se suicidó en el hogar de los Pumas.
Jair Pereira y Carlos Peña empujaron la daga. El zaguero central con aquella pifia que terminó en el autogol que marcó la diferencia (57’) y el “Gullit” con una nueva falla en pena máxima (92’).
A unos metros, Néstor Calderón quedó impávido con el yerro. El “Avión”, uno de los tres refuerzos del Guadalajara para el Apertura 2016, ha tirado ocho penaltis en la Primera División. Anotó todos.
Fue lo de menos para el “Niño”, quien corrió como tal cuando el chico de la ensortijada cabellera volvió a demostrar que lo suyo no es el temple en los momentos relevantes. De nada le valió pedir el esférico. Sí, los visitantes se aferraron al revés, su segundo consecutivo en el Olímpico y cuarto en sus más recientes 10 visitas a los auriazules (cinco empates y una victoria).
“Solamente me queda agradecer a mis jugadores, a la afición, por este gran momento que estoy viviendo en mi carrera”, dijo el entrenador de los locales. “Ni soñando podía haber imaginado esto, porque lo sucedido no es casualidad”.
Pese a que sus jugadores hallaron tréboles de cuatro hojas en cada área. El primero, en la que se ubica cerca de la cabecera norte, porque Pereira ya había ganado la posición a Eduardo Herrera, mas cerró los ojos cuando chocó la pelota y dejó congelado al meta Rodolfo Cota.
Inesperado tanto festejado por el pueblo auriazul, justo cuando empezaba a desesperarse por la lentitud de sus nuevos Pumas, aunque faltaba lo verdaderamente épico.
El árbitro César Ramos no dudó en marcar penalti después de que el disparo de Carlos Cisneros se estrellara en el brazo derecho del defensa Luis Fernando Quintana. La enorme mancha rojiblanca ubicada en la cabecera sur se movió con ilusión... Hasta que Palacios encontró el otro trébol de cuatro hojas, con la invaluable colaboración de Peña.
Almeyda dio la confianza al fichaje de los 8 millones de dólares (el más caro en la historia del club), quien repitió la oscura historia de la Liguilla anterior (ante el América).
“Particularmente, siempre tengo mucho diálogo con ellos [jugadores], tratando de corregir los defectos futbolísticos que —considero— pueden tener y reforzándoles las virtudes”, recordó el estratega argentino. “El “Gullit” es un jugador que nos ha dado bastante y hasta [Lionel] Messi falló un penalti”.
Eso no quiere decir que un cambio de tirador esté descartado, ya que “siempre trato de darle confianza a los jugadores y es el tercero que falla, porque —previo a estos dos— le habían parado uno [ante el Santos] y lo pudo hacer de rebote. Se verá todo. Tenemos la semana para analizar bien, la confianza se la di y también hay virtud del rival, del portero... Una lástima”.
Para las Chivas, porque el “Pikolín” derramó lágrimas de júbilo previo a ser despedido como “rock star”. Ironías del futbol: hace poco no entraba en los planes de Palencia... Y ayer le otorgó su primer triunfo con los auriazules.