Fue el único que no corrió a abrazarse con Jonathan Urretaviscaya, tras la anotación que sentenció el exitoso debut del campeón ante su “hermano menor”. Hirving Lozano quería ir a felicitar al charrúa, pero Diego Alonso le habló. El estratega también deseaba rendir pleitesía al hombre de la noche.

Porque 90 minutos bastaron para confirmar que el “Chucky” es el genuino motor de un equipo al que el parentesco no le despertó la más mínima clemencia. Despiadada goleada del Pachuca sobre el León (5-1), con su “joya” más valiosa en plan estelar.

Sí, la incomprensible expulsión del atacante Juan Cuevas (63’) determinó gran parte del rumbo en el cotejo, mas el seleccionado olímpico ya había presumido su calidad con el doblete que tenía adelante a los locales.

Dos obras de arte que provocaron el alarido de la multitud en el estadio Hidalgo. El primero, un potente derechazo (22’), pese a la furibunda llegada del lateral Carlos Guzmán. El segundo coronó un veloz contragolpe (40’).

Filosa daga en el corazón de una Fiera que logró reaccionar gracias a un zapatazo de Luis Montes (25’), cuyo talento languideció con el correr de los minutos.

No fue el único. Los Panzas Verdes se derrumbaron con el cartón carmesí de Cuevas, quien apenas tenía tres minutos en el campo.

Jugada catártica. Con la superioridad numérica, el Pachuca acentuó su dominio y el mazazo final vino con un servicio largo de Hirving hacia Urretaviscaya, quien definió con elegancia (75’). Lo tantos de John Medina (79’) y Franco Jara (86’) fueron rudeza extrema con la familia.

El partido quedó sentenciado con el brillante pase de ese “Muñeco diabólico” que promete hacer sufrir a varios durante el torneo... Si es que los Tuzos son capaces de retenerlo.

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