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Alfredo Castillo cumple hoy un año al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade); 12 meses en los que su principal vertiente ha sido combatir la corrupción en algunas de las principales asociaciones del país.

Desde su llegada al organismo el 16 de abril de 2015 en sustitución del ex clavadista Jesús Mena, el abogado fue claro en sus objetivos: “la Conade no va a regalar el dinero, no somos una agencia de viajes”.

Hasta ahora la lucha sigue. A menos de cuatro meses del banderazo de salida de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro se mantiene la consigna de limpiar al deporte nacional de federativos que utilizan los recursos para beneficio personal.

“La meta es garantizar que los recursos federales beneficien a los atletas y no a intermediarios”.

Castillo llegó a la Conade a una semana de la inauguración de la Olimpiada Nacional 2015, a menos de 100 días de los Panamericanos de Toronto y a 470 de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

En sus primeras semanas el dirigente se rodeó de expertos para reforzar el desarrollo de disciplinas como el taekwondo y la marcha y se reunió con algunos atletas élite para conocer sus inquietudes.

Poco tardó el abogado en notar los vicios en las federaciones nacionales. Dirigencias de más de 20 años y la falta de claridad en el manejo de los recursos detonaron en una serie de investigaciones que obligaron a frenar el flujo de recursos para especialidades como el tiro con arco, el boxeo, la halterofilia, el frontón y el atletismo.

Por citar un ejemplo, el titular de la Conade acusó a la de tiro con arco de no comprobar 5 millones 804 mil 949.18 pesos, aunado a que varios de sus arqueros tuvieron que costear sus propios viajes y uniformes para poder competir.

En el boxeo se detectaron irregularidades en el registro, además de que Ricardo Contreras sumaba 23 años al frente de esa federación con solamente una medalla olímpica, el bronce de Christian Bejarano, en Sidney 2000. La Conade, entonces, inició un procedimiento para revocar el registro de la Femebe.

Las medidas adoptadas provocaron una llamada de atención al organismo de parte del Comité Olímpico Internacional (COI), que recomendó en una carta dirigida al secretario de educación Aurelio Nuño no interferir en la autonomía de las asociaciones civiles so pena de ser sancionados.

Actualmente son cuatro los procesos que se mantienen vigentes contra federaciones.

En su administración, Castillo se ha enfrentado a una sustancial reducción del presupuesto, que pasó de más de siete mil millones de pesos a poco menos de 3 mil. En consecuencia, Conade ajustó los criterios para la asignación de dinero, lo que provocó la queja de algunos atletas al no verse respaldados como ellos quisieran.

En un año de gestión, otra de las notas fuertes fue la suspensión que impuso la Federación Internacional de Natación (FINA) a México por declinar la organización del Mundial de Natación programado para 2017 y negarse a pagar la multa de cinco millones de dólares.

El castigo fue catalogado como injusto por la Conade, que mantiene un litigio para no pagar a la FINA y reclamar 9.5 millones previamente otorgados al organismo.

“Estamos reclamando el dinero de los mexicanos”, dijo Alfredo.

A siete meses de su llegada, la FIBA suspendió a México por no tener un organismo nacional avalado por la Conade. En enero de 2016 terminó el castigo.

La prioridad, asegura Castillo, son los atletas. Es por ello que, aunque algunas federaciones están imposibilitadas para recibir recursos por cuestiones legales, la Conade hará llegar el dinero a los deportistas para que puedan prepararse de cara a los Juegos Olímpicos.

Castillo está en Europa. El dirigente estuvo en España, donde visitó su laboratorio antidopaje, y en Ginebra, donde se reunió con integrantes de la FIBA, con quienes creó la Comisión para la Transformación y Fortalecimiento Integral para el baloncesto nacional.

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