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Santiago.— Fue el propio Juan Ángel Napout, presidente de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol), quien advirtió sobre la posibilidad de cambiar a Estados Unidos como sede de la Copa América de 2016, que celebrará el centenario del torneo.
¿La razón? Como el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha llevado adelante las investigaciones sobre sobornos y lavado de dinero en la FIFA —en un proceso que mantiene a varios dirigentes de la Conmebol y la Concacaf arrestados en Suiza bajo amenaza de extradición a la Unión Americana—, en su momento la Conmebol estudió la posibilidad de modificar la sede ante el temor de que sus cuestionados dirigentes sean arrestados apenas pisen territorio norteamericano.
Sin embargo, las empresas que tienen los derechos de televisión del certamen, las estadounidenses DIRECTV (que lo transmitirá para América Latina) y Fox Sports (que llevará las imágenes a Norteamérica), se oponen con vehemencia al cambio. La misma postura comparten algunos de los mayores auspiciadores del campeonato.
Además, la federación local está empeñada en que el torneo se haga. Su presidente, Sunil Gulati, es un fervoroso opositor a la realización de la Copa del Mundo en Qatar 2022, y su deseo es llevar el torneo planetario de ese año a su país, por lo que visualiza que la Copa América de 2016 es una gran oportunidad para mostrar a Estados Unidos como una alternativa viable.
Blatter, un ‘ángel’
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, envuelto en investigaciones de corrupción, dijo a una revista alemana que tiene la conciencia limpia y que cree que “irá al cielo algún día”. Los fiscales estadounidenses no han acusado a Blatter de ningún delito, pero su gestión en el ente rector del futbol mundial está bajo escrutinio, según fuentes cercanas a la investigación en Estados Unidos y Suiza.
Blatter anunció el 2 de junio que renunciará a la presidencia de la FIFA después de una elección que probablemente tendrá lugar a fines de este año o principios del próximo.
“Tengo la conciencia limpia”, dijo el suizo a la revista alemana Bunte en una entrevista publicada el miércoles. “El que me llama corrupto tiene que probarlo, pero nadie lo puede probar porque no soy corrupto”, agregó.
Blatter explicó que estaba abierto a la crítica, pero aseguró que debían ser castigados los comentarios en su contra si no tienen fundamento. “Si alguien me llama corrupto porque la FIFA es corrupta, sólo puedo mover la cabeza. Todo el mundo que dice algo así debería ir a la cárcel”, sostuvo.
Blatter añadió que era una persona religiosa y que su fe le había dado fortaleza durante las últimas semanas. “Soy dueño de una cruz de oro que ha sido bendecida por el Papa Francisco. Creo que voy a ir al cielo algún día”, consideró convencido.
Un abogado de Joseph Blatter aclaró el martes pasado que el suizo no viajará a Canadá para asistir el domingo a la final del Mundial femenino por razones personales.
A la pantalla grande
La Warner Bros producirá cinta sobre la FIFA. El estudio adquirió los derechos del libro Houses of deceit, del periodista Ken Bensinger, que examina el reciente escándalo de corrupción en la organización deportiva. El director será Gavin O’Connor. GDA y agencias