Tuxtla Gutiérrez.— Es el mundo al revés, contrario al que estamos acostumbrados. El Tri casi siempre juega en ciudades establecidas al sur de los Estados Unidos, cerca de la frontera, con el objetivo de que los inmigrantes puedan ver a su equipo.

Un ejercicio de añoranza.

Martín y Quetzal viven en Tuxtla. Llegaron hace cinco años, con la idea de juntar dinero para después abordar a la ‘Bestia’ y dirigirse a Estados Unidos, a cumplir el sueño americano...

“Pero México nos atrapó... Ya tenemos hijos mexicanos”, dice Martín, quien ha hecho de todo para sobrevivir. “He trabajado de albañil, de taxista, de empleado en una panadería, de carpintero, de todo. Mi mujer ha lavado ropa ajena, a ayudado en casas, cuidado enfermos... Hacemos el trabajo que los mexicanos no quieren hacer”.

¿Dónde se habrá oído eso?..

Intentaron una, dos, tres veces juntar el dinero para contratar un ‘pollero’ y pasar al otro lado, ‘pero cuando lo conseguíamos y nos subíamos al tren, a la mitad del camino la migra nos retachaba. Nos bajaban de la ‘Bestia’, nos quitaban el dinero y nos regresaban a Tapachula, ya ni siquiera nos ayudaban a cruzar”, revela Martín.

Así que después de tantas desilusiones, prefirieron quedarse aquí, a construir una vida. “Aquí en Tuxtla trabajo en una tlapalería y hago distintos trabajos... Me ha dado para rentar un departamento. Mi mujer me ayuda. Ya tenemos dos hijos, son mexicanos”.

—¿Por qué no regresar?

—Porque sería ir para atrás... Nuestras familias están peor que nosotros. Les mandamos dinero de vez en cuando, no mucho. Aquí pagan mucho mejor que allá, aquí hay más trabajo.

—¿No se han naturalizado?

—No... es mucho trámite. Además entramos como indocumentados, pero nuestros hijos van a la escuela... Les conseguimos papeles.

—¿Y los mexicanos los tratan bien?

—Pues sí... A veces no. Como no somos diferentes, ni por el acento, ni cuenta se dan que somos guatemaltecos. Cuando nos piden los papeles es el problema. Cuando se enojan nos dicen con desprecio chapines... pero sólo unos pocos.

La idea es un día, algún día, retomar el camino hacia el norte rumbo a Estados Unidos como el objetivo principal. Si se junta un dinero, el suficiente, quizá no sea necesario abordar la ‘Bestia’, quizá puedan tomar un camino menos peligroso.

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