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Cuida la piel que habitas

Las bajas temperaturas pueden afectar tu rostro, cuerpo y manos. He aquí todo lo que requieres para blindarte esta temporada

Foto: JORGE GARAIZ
10/12/2016 |09:00Laura Velasco |
Redacción El Universal
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Llegó la época de frío y, con ella, las temperaturas gélidas y agresivas. De ahí la importancia de cuidar a extremo cara, cuello, cuerpo y manos.


“En temporada de invierno, la piel sufre los efectos del viento, la falta de humedad y los cambios bruscos de temperatura. El resultado es sequedad y deshidratación cutáneas, ya que la función de la barrera de la piel se altera y no es capaz de protegernos ante estos cambios bruscos y continuos de temperatura. A grandes rasgos y sin importar el clima, podemos decir que lo ideal es darle a la piel una hidratación intensa a través de productos acordes a cada tipo de piel y a las necesidades de cada persona, esto se puede hacer dos o tres veces al día”, sugiere la dermatóloga Juana María Portugal.


Pero vamos por partes: una sola piel te cubre completamente. No obstante, hay pequeñas diferencias entre la que encuentras en tu rostro, la que cubre tus manos y la que se dispersa por el resto de tu cuerpo.

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Ahora bien, dichas variaciones marcan la pauta para decisiones de cuidado personal igualmente diversas. Por tanto, lo primero que debes hacer es identificar cuál es tu situación particular (es decir, qué tipo de piel  tienes) y, a partir de ello, qué atenciones requieres en cada parte de tu ser y bajo qué circunstancias.

Tu cara, todo el año


A grandes rasgos, lo ideal es aplicar (dependiendo de la edad) sueros, cremas untuosas, hidratantes y humectantes, que eviten la pérdida de la capa hidrolipídica de la piel. Otro consejo imprescindible para todo el año es: ¡siempre debes usar bloqueador solar! Fuera de eso, los cuidados pueden variar un poco dependiendo de tu situación particular:
Piel grasa: ¿sueles notar un ligero brillo aceitoso en la nariz? Si es así, seguro también tienes poros grandes y puedes sufrir cierta propensión a tener granos. En este caso, independientemente del clima, a diario debes usar un gel limpiador que libere los poros. Es lo básico. ¿Quieres ir más allá? Hay mascarillas que pueden ayudarte a regular la cantidad de grasa.
Piel mixta: ¿el brillo solo se nota en tu frente y nariz pero el resto se ve reseco? Limpiadores astringentes como el Kiehl’s Astringent Herbal Lotion pueden ayudarte a cerrar los poros donde se necesite sin resecar las demás áreas.
Piel seca:  ¿además de un aspecto árido tienes propensión a las arrugas o la comezón y el ardor? Los productos humectantes con urea son tu salvación. Ese ingrediente es responsable de que tu piel absorba correctamente la humedad y los nutrientes. Por otro lado, solo evita que tu crema posea alcohol, perfumes o colorantes que pueden irritarte.


Tu cara, en invierno


Independientemente de tu tipo de piel, las bajas temperaturas y el viento la resecan de más. Por tanto, el uso de cremas faciales humectantes se vuelve prioritario. No obstante, conforme arrecie el embate de los elementos naturales, tal vez sea útil aplicar una crema con poca agua que selle los poros. (Claro, en cuanto puedas, lávate la cara para volverlos a liberar.) Por otro lado, también puedes usar sueros faciales que, gracias a su alta concentración de sustancias activas, ayudan a reforzar las medidas de cuidado, proporcionándole mejor hidratación, mayor elasticidad, etc. Sin embargo, debes recordar que un suero no es sustituto de una crema ni ésta de un buen limpiador...Y otra cosa más: la piel del hombre y de la mujer tienen ciertas diferencias. Por ejemplo, la de ellos es más gruesa y más grasosa. Por lo mismo, no es recomendable que una mujer use productos para hombre y viceversa.


Tus labios, todo el año


Para proteger su delgada textura libre de glándulas sebáceas, se recomienda aplicar durante el día y noche bálsamos protectores con glicerina o cacao, que ayuden a suavizarlos y protegerlos. De preferencia, busca uno con algún factor de protección solar. Y, en caso de frío intenso, también puedes usar vaselina para elevar el nivel de protección.


La piel de tus ojos


Por ser la parte más sensible del rostro, necesita más atención. En las noches se debe aplicar algún fluido, crema, suero o aceite especial para el contorno de los ojos que ayude a mantener la zona hidratada, que prevenga la deshidratación, y que ayude a evitar las líneas de expresión y las arrugas.


Tu cuello


Al carecer de glándulas sebáceas se descama con mayor facilidad y debe ser hidratado a conciencia. Utiliza cremas altamente nutrientes que cuenten, como mínimo, con un factor de protección solar 15.


El resto del cuerpo


Basta con cubrirlo diariamente con cremas para pieles secas y de hidratación profunda, así como de geles o leches corporales que eviten la resequedad y cuarteaduras de la epidermis. No olvides codos, rodillas y talones.


Manos a la obra


Son unas de las partes del cuerpo que resienten más los cambios de temperatura. Por ello, es indispensable que varias veces al día se consientan con una crema protectora. Además, en época de frío,  no olvides los indispensables guantes.


EN CIFRAS

15: Factor de protección solar  mínimo que debes considerar para un bloqueador de uso diario. Bajo el sol, usa uno de mayor FPS.

20: Porcentaje en que se eleva la intensidad de los rayos UV por cada mil metros de altitud que subes. Si vas a escalar, ¡protégete!


25: Edad a la que inicia el proceso de envejecimiento de la piel. Por tanto, inicia tu rutina de cuidado lo más pronto que puedas.


RUTINA RÁPIDA


Cuidados básicos: Limpia. Hidrata. Repite.


Eso es, en pocas palabras, la historia de tus cuidados básicos de belleza para el rostro. La clave es ser constante. Por ejemplo, ¿te desmaquillas siempre sin importar lo tarde que volviste a casa? Si no lo haces, ten cuidado: tu cutis está en riesgo de padecer signos visibles de la edad. Por tanto, grábatelo: siempre debes terminar tu día con los siguientes pasos:


1. Limpia. Usa un gel o, incluso, un exfoliante. Usar uno con un aroma que te guste puede funcionar como un aliciente adicional para que no olvides este importante paso.
2. Hidrata. Usa un tónico o crema facial rica que te ayude a mantenerte fresca.
3. Repite todos los días. Sin falta.
4. ¡Luce por siempre joven!