La perfumería es un mundo misterioso y ancestral en el que la correcta mezcla de esencias puede evocar recuerdos, sensaciones e incluso llegar a describir conceptos mejor que las palabras. Además, es un recurso muy efectivo para que la gente alrededor del mundo conozca la identidad de una marca al instante. Salvatore Ferragamo lo sabe y por eso creó un nuevo producto olfativo para ellos.
Uomo es el nombre del perfume y está firmado por dos grandes nombres de la industria: Alberto Morillas y Aurélien Guichard. Ambos tienen en su haber decenas de fragancias exitosas y diferentes estilos —Morillas ha desarrollado aromas muy frescos y dinámicos, mientras que Guichard ha creado piezas tan sensuales como Gucci Guilty—, pero la combinación de esos distintos puntos de vista dio como resultado un homenaje al estilo italiano y un punto de partida inusual: el tiramisù. Este postre, que desde los sesenta se ha convertido en un símbolo de Italia, potencia su aroma a través de notas como la pimienta negra, el cardamomo y la bergamota. Éstas permiten que la dulzura del platillo se equilibre y tenga un dejo de frescura. Para rematar, las notas de fondo son sándalo, maderas y haba tonka, las cuales dan un toque adicional de masculinidad a la fragancia.
La inclusión de este detalle no es una novedad para Ferragamo, pues en sus últimas creaciones han destacado por incluir otros elementos provenientes del mundo de la cocina. Lo interesante es, sin embargo, que la composición de las fragancias está calibrada de tal manera que el aroma final no es el de un postre, sino algo elegante y sensual, con un je ne sais quoi que notan tanto el usuario como otras personas a su alrededor a medida que pasan las horas.
Para representar este aroma, la casa italiana apostó por Ben Barnes, un actor británico que en la actualidad protagoniza el hit televisivo Westworld. Bajo la dirección del fotógrafo Francesco Carrozzini, la estrella se convierte en un hombre despreocupado pero siempre elegante. En cuestión de segundo, el hombre Ferragamo logra transmitir una atmósfera llena de sol y diversión, en un espacio totalmente italiano.