Es un gran cambio para Coach, un gran reinicio. Eso fue lo que aseguró Stuart Vevers, director creativo de la marca, al término del desfile que se presentó recientemente en la ciudad de Nueva York. Y no estaba exagerando: el toque de dulzura que se percibía en sus anteriores colecciones de prêt-à-porter se desvaneció por completo en su propuesta para primavera/verano 2017.
Vestidos a la rodilla de influencia campirana se complemetaron con aplicaciones de cuero y encaje, y se combinaron con chalecos cortos de tiras de piel con estoperoles. La chaqueta americana, por su parte, reveló su carácter más osado a través de cortes ceñidos, mezcla de materiales y detalles como aplicaciones metálicas.
Faldas tubo con transparencias se conjuntaron con t-shirts estampadas con la imagen de Elvis Presley, parkas verde militar y creepers ornamentados con estoperoles. Esta influencia rockabilly, además, se volvió protagonista en varios conjuntos de jeans ajustados con chaquetas cortas de cuero y pañuelos al cuello. Las bolsa —el producto estrella de la firma estadounidense— redujeron sus proporciones de forma considerable. Para primavera 2017, los modelos mini serán grandes protagonistas y ostentarán detalles como flecos de cuero, aplicaciones metálicas y largas cadenas, un giro que busca captar a un público más joven y ávido de diseño.
Con la presente colección, Vevers busca reinterpretar el estilo estadounidense bajo la visión de diferentes movimientos contraculturales. La rebeldía depositada en cada uno de los atuendos aboga por la individualidad y la expresión del estilo, a la usanza de la década de los 50.
Desde su fichaje en 2013, el creador británico ha otorgado una nueva identidad a esta firma: la propuesta de Coach es hoy audaz, lúdica, sorpresiva y un tanto provocadora. “El lujo ahora tiene que ver más con una cuestión de actitud, que de perfección”, declaró Vevers a Vogue España. Todo apunta a que va por el camino correcto.