Las joyas se hicieron para lucirse. Y no solamente en ocasiones especiales, sino también en el día a día. Una selección correcta de piezas es capaz de realzar hasta el atuendo más gris y proyectar carácter. Para garantizar la versatilidad de las creaciones, deben preferirse trazos limpios, siluetas suaves y materiales clásicos como oro y plata.
Creada en 2004, la línea de joyería de Calvin Klein destaca por su espíritu urbano, sexy y moderno. Su propuesta actual además contempla una variedad de diseños para combinar con el look de oficina, para resaltar y dar un toque personal a outfits casuales que también puedan usarse en situaciones formales.
Para esta temporada, la firma estadounidense presenta seis colecciones cuya estética dialoga con el minimalismo y la geometría. Como resultado, se descubren piezas con formas circulares, triangulares y elípticas, exentas de adornos superfluos y con una notable carga de dramatismo.
La línea “Scent” se compone de pulseras, anillos y pendientes de trazos orgánicos, que dan muestra de la belleza y sofisticación que guarda lo sencillo. “Beauty” concentra las joyas de líneas más discretas y con vocación de clásicos: aretes, collares, dijes y delicadas pulseras se presentan en acero y PVD amarillo.
El volumen y las formas triangulares caracterizan las piezas de la serie “Shape”, las cuales demandan protagonismo por sí mismas. La fusión de acero y PVD rosa despliega elegancia en las joyas de la colección “Senses”, mientras que las líneas curvas en anillos y pendientes de la antología “Glorious” reflejan modernidad. Todo está disponible en los almacenes de Liverpool y El Palacio de Hierro.