En vida, Sonia Rykiel fue nombrada “La reina del tejido de punto”. Sin embargo, sus diseños y personalidad fueron más allá: además de crear colecciones en las que la comodidad era una prioridad, mantuvo su relevancia durante cinco décadas y tuvo una vida paralela en la literatura.


Los desfiles de Sonia (Neuilly-sur-Seine, 1930), quien murió la semana pasada a  los 86 años, eran todo un espectáculo: en principio, porque las modelos sonreían, lanzaban besos e interactuaban con la audiencia, algo que incluso ahora sigue siendo inusual. Además, porque en todas sus temporadas encontraba una manera de jugar con los tejidos: cardigans coloridos, vestidos strapless con detalles tridimensionales, trajes de baño y jumpsuits formaron parte de su repertorio. Incluso la colaboración de su firma con H&M en 2010 conservó ese toque sensual y juguetón.


Nunca estudió moda, pero supo identificar las necesidades de su público. Cuando estaba embarazada de su hija Nathalie —actual presidenta de la maison—, la falta de piezas cómodas en tejido de punto la motivaron a diseñar para Laura, la boutique de su marido. En 1968, ya divorciada, decidió lanzar su propia firma de moda y sus suéteres “de niño pobre” —calificados de esa manera por ella misma— se convirtieron en un éxito instantáneo que Brigitte Bardot y Audrey Hepburn incluyeron en su guardarropa casual. Esas piezas serían la base de un imperio que con el paso de los años incluiría fragancias, moda para hombre y una línea de difusión: Sonia by Sonia Rykiel.


En los años 70  alcanzó su potencial: abrió más boutiques y lanzó colecciones de aires vintage con piezas elegantes y sensuales que permitían la comodidad de sus usuarias. “Yves Saint Laurent decía que Sonia había hecho más por liberar a las mujeres que él mismo. Sus prendas fáciles de llevar fueron la esencia de la liberación femenina de la ropa encorsetada y los convencionalismos sociales”, recordó la crítica de moda Suzy Menkes en el obituario de la diseñadora.


Además de la moda, Sonia alimentó su pasión por la escritura a través de una serie de novelas y columnas que iniciaron en los años 70. En su autobiografía N’oubliez pas que je joue (L’Iconoclaste, 2012), reveló que en 1997 había sido diagnosticada con el mal de Parkinson, pero que mantuvo en secreto su enfermedad. Con el paso de los años, las complicaciones le impidieron continuar su vida pública y causaron su deceso. Y a pesar de que falleció hace unos días, su influencia en la moda contemporánea es notable.


EL LEGADO DE SONIA


Luego de su retiro en 2009, la firma experimentó varios cambios y temporadas en las que los críticos de moda cuestionaron la capacidad de sus sucesores para mantener la estética de Sonia. Todas esas dudas se despejaron con el fichaje de Julie de Libran en mayo de 2014. La francesa ha sabido recuperar ideas de los archivos y transformarlas en piezas que integran tendencias actuales pero con las características que encumbraron a Sonia en su momento.

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