En ocasiones usamos los productos o remedios incorrectos para tratar las afecciones de nuestro cutis. Por lo general, cuando vemos que una mascarilla promete todo decidimos poner manos a la obra y realizar ese procedimiento. En algunas ocasiones nos encanta el resultado, en otras, descubrimos que el antídoto era incorrecto. No arriesgues tu piel, encuentra la receta que mejor vaya con tu rostro para no llevarte desagradables sorpresas.
Tipos de mascarilla
1. Astringente: recomendada para quienes sufren acné o tienen tendencia al exceso de producción sebácea en la piel. Algunos productos naturales que puedes encontrar en éste son: pepino, limón, salvia, durazno y papaya.
2. Exfoliante: auxilian a mantener la piel limpia, libre de impurezas, eliminan células muertas, destapa los poros y puede reducir la apariencia de lineas de expresión. Es importante que eviten su uso las pieles sensibles, con tendencia al acné o grasas. Los exfoliantes naturales más conocidos que puedes encontrar en la mascarilla de tu preferencia son: avena, granola, linaza, sal y azúcar.
3. Hidratante: renuevan los cutis secos sin luminosidad. También pueden usar las mascarillas de éste tipo quienes deseen disminuir lineas de expresión. No son recomendadas para pieles grasas o con acné. Los productos que usualmente encontrarás para reducir los problemas anteriores son: miel, aceite de oliva, leche y aguacate.
Consejos extra
1. Antes de que te pongas la mascarilla es importante tener la piel limpia, libre de contaminantes y con los poros abiertos, para ésto puedes usar un vaporizador facial, colocar sobre tu rostro toallas mojadas en agua caliente, o realizar el procedimiento al finalizar la ducha.
2. Después del tratamiento debes esperar por lo menos dos horas antes de maquillarte, debido a que la piel queda sensible. Solamente coloca crema hidratante y bloqueador solar.
3. Aplica las mascarillas por la noche, ya que durante este lapso de tiempo se activan los mecanismos corporales de reparación de la piel.