En Roma se respira arte. No sólo dentro de sus galerías y museos, sino también en sus calles, donde se encuentra buena parte de su patrimonio cultural. En 1984, la firma de alta relojería Bvlgari eligió esta ciudad para establecer su centro de operaciones. El vínculo con la capital italiana ha llevado a este sello de lujo a financiar exposiciones y trabajos de mantenimiento en importantes recintos en los últimos años.

La más reciente  comprende la restauración de los mosaicos de las Termas de Caracalla, un conjunto arqueológico dedicado al bienestar y al cuidado del cuerpo que empezó a levantarse en el año 212 d.C. El piso de mosaico policromático, ubicado en la zona occidental del espacio, había estado cubierto con tela para protegerlo de la degradación. A diferencia de los clásicos mosaicos romanos grabados con figuras, éste  destaca por sus formas geométricas. “Las Termas de Caracalla son una joya histórica en el corazón de Roma, un lugar donde puede sentirse toda la grandeza de la ciudad”, dijo  Jean-Christophe Babin, CEO de Bvlgari, en un comunicado.

Este complejo arqueológico ha fascinado siempre al equipo creativo de la firma, que ha tomado como inspiración las líneas de los mosaicos para desarrollar la antología Diva’s Dream, cuyos diseños ostentan formas de abanico. Debido a los buenos resultados de este proyecto, la marca financiará también la continuación de las obras en la zona contigua del recinto.

Mediante esta iniciativa de preservación cultural, Bvlgari subraya su compromiso con la belleza y la historia de Roma, ciudad que cuenta con un bagaje arqueológico único y que ha servido de referencia para el diseño de lujosas e icónicas piezas de esta casa italiana.

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