Además de ser los tonos predilectos de diseñadores como Elsa Schiaparelli y Pierre Cardin, estos dos colores tienen una fuerte carga histórica y simbólica. Desde sus orígenes, el rosa y el naranja han sido colores  asociados  con la feminidad y a la iluminación espiritual, y en los últimos meses han robado miradas en las pasarelas.

Por ello, preparamos una breve guía en la que te contamos todo sobre ellos: sus antecedentes históricos, con qué otros colores puedes combinarlos  y, sobre todo, una selección de productos de moda y belleza con los que puedes darle un acento trendy a tus atuendos veraniegos.

Rosa histórico 

A pesar de que con fecuencia se le asocia a la feminidad,  los hombres en los años anteriores a la Revolución Francesa también se vistieron de rosa. Madame de Pompadour —amante del rey Luis XV— transformó los listones y el rubor en ese tono en dos de su sellos personales. Tiempo después, su uso se fue limitando poco a poco a los niños pequeños, aunquecada vez figura más en la ropa masculina contemporánea, en gran medida porque ciertos sectores de la sociedad han protestado la asignación de ese tono exclusivamente para el género femenino.

En la cultura popular, este color ha tenido muchas encarnaciones, como el vestido de Marilyn Monroe en Gentlemen Prefer Blondes (1953), el conjunto que usó la exprimera dama estadounidense Jackie Kennedy el día en que balearon a su marido, el vestido Oscar de la Renta que usó Sarah Jessica Parker en la última temporada de Sex and The City (2004) o el color shocking pink, que concibió Elsa Schiaparelli durante los años 30. Desde los años 40 el rosa mexicano designa uno de sus tonos vivos.

Naranja espiritual 

En Oriente, este tono se vincula con la religión: en el budismo es el color de la iluminación espiritual, mientras que para los chinos representa la transformación. En Occidente, sin embargo, suele asociarse con el otoño y con los frutos que le dan  nombre. En la moda, el naranja se empezó a popularizar durante los años 50 y posteriormente fue adoptado por diseñadores como Pierre Cardin y Cristóbal Balenciaga.

Su intensidad suele ser perfecta para usarlo de noche o para lograr un acento de color a través del maquillaje o los accesorios. Aunque es muy favorecedor para las mujeres de piel pálida, también resulta adecuado para las pieles bronceadas o con un tono aceitunado (como en el caso de Jennifer Lopez o Eva Longoria).

¿Cómo combinarlos?
El rosa tiene varias combinaciones. Si tu gusto es más clásico, mézclalo con blanco: es una combinación efectiva y sofisticada que funciona tanto para un vestido de coctel inspirado en los años 50 como para una t-shirt y jeans.

En caso de que lo quieras integrar a tu guardarropa laboral, llévalo en básicos como un blazer o una blusa de manga corta y combínalo con tonos como gris y azul marino. Los tonos pastel también son una alternativa para crear una paleta de color atractiva, aunque tonalidades muy encendidas de verde y amarillo le restan impacto. Evita combinarlo con rojo: es una mezcla muy arriesgada.

En el caso del naranja, las reglas son muy similares. Aunque parezca un color intimidante, puede llevarse en acentos —como bolsos, zapatos o incluso esmalte de uñas—  para complementar un look total en tonos neutros y blanco. Otras variaciones que conviven sin problemas  son toda la paleta de azules y el verde militar, mismo que funciona en un atuendo casual. Si buscas llevarlos en prendas, te recomendamos que sean lo más conservadoras posible.

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