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Asistir a desfiles y mantener una relación profesional con stylists de alto nivel y celebridades como Demi Moore y Lady Gaga puede ser el sueño de cualquiera. Sin embargo, tras una historia de éxito como el de la diseñadora venezolana Yliana Yépez existe una faceta poco conocida, en la que un profundo conocimiento del mercado y una fuerte ética de trabajo son indispensables para abrirse paso en la industria de la moda.
En 1995, Yépez lanzó BLUES by kyky, y sus creaciones lograron un gran éxito en su país natal. Sin embargo, las crisis políticas y la posibilidad de explorar nuevos mercados regionales la motivaron a iniciar desde cero en Nueva York. Esta apuesta ha rendido frutos, pues además de ser una de las pocas latinas que han destacado en el diseño de bolsos en Estados Unidos, ha logrado posicionar su marca en almacenes como Bloomingdale’s y recientemente fue finalista del Rising Star Award en la categoría de accesorios por el Fashion Group International.
Visitamos el showroom de la diseñadora, ubicado en una zona privilegiada en el Garment District de Manhattan, para platicar sobre su proceso creativo y Spectrum, su colección Otoño/Invierno 2016.
¿Por qué decidiste mostrar tus piezas en Nueva York?
En principio porque mi principal misión en la vida siempre ha sido dejar un legado. Venir aquí ha sido una oportunidad para aprender y ampliar mi visión. El adjetivo “competitivo” se queda corto en una ciudad como Nueva York, pero eso me ha ayudado a entender cómo es el mercado y me ha enseñado a ser paciente y a definir hasta dónde quiero que llegue mi trabajo.
¿Te costó trabajo entrenar tu ojo como diseñadora?
Es un don que hasta hace poco no conocía. Se trae de nacimiento, pero entre más estés rodeado de cosas elegantes y que te gusten, más se afina. Sin embargo, si no se estimula ese don —con algo tan simple como ver casas bellas o revistas—, muere.
¿Cómo desarrollaste tu sello personal?
Creo que todo parte del hecho de que soy mujer y necesito un bolso [su colección se compone de estos accesorios]. Partiendo de esa base, es algo que yo uso. No existe un accesorio en este showroom que no haya analizado a fondo.
¿Consideras que la prensa y las celebridades son el principal camino para que una firma se vuelva exitosa?
No, porque todo empieza con el producto, y cualquier persona creativa que tenga una buena propuesta y la voluntad para aprender y promocionarlo puede tener éxito. He visto a varias personas que inician con muchas ganas y unos años después se retiran. Y todo debido a que no están enfocadas en lo que quieren. Es un mundo muy cool, pero sólo por fuera. Esto no es sólo subir fotos a Instagram, sino seguir todo el proceso creativo, fijarse metas a corto plazo y vender.
¿Cuál es la historia detrás de la colección Otoño/Invierno 2016?
Está inspirada en los años 70. Me dirijo a una mujer sensual, minimalista, con un toque salvaje pero a la vez sofisticada y creo que esa década lo representa. En películas como American Hustle (2014) se pueden notar muchas texturas y color, dos factores que me inspiran muchísimo. Por eso pensé en un Spectrum (espectro). Además, tuve la oportunidad de conocer a Jennifer Lawrence. Su autenticidad me inspiró muchísimo.
¿Qué sueles recomendar a los diseñadores emergentes?
La pregunta que siempre se deben hacer es “¿Por qué un cliente compraría mi producto y no el de otras marcas?”. Hay 100 firmas mejores que la tuya, así que si un distribuidor sabe que tiene poco espacio en su tienda, estarás durante años en la lista de espera. En mi caso, debo tener siempre los pies en la tierra porque si en tres meses no tengo la próxima colección, esto se acaba.