No tiene 20 años ni es modelo, pero todos los fotógrafos la esperan siempre a la entrada de los mejores desfiles y celebraciones de la industria de la moda. Su estilo podría ser calificado de muchas maneras, menos como conservador. Anna Dello Russo, consultora creativa de Vogue Japón, se ha echado a la bolsa a fashionistas y cazadores de street style de todo el mundo por llevar lo “investible”. De hecho, se convirtió en un objetivo constante a partir de que se atrevió a lucir una minifalda de Prada a los 49 años.

Antes de personajes como Olivia Palermo o Chiara Ferragni, esta editora nacida en Bari, Italia, ya reinaba en las páginas dedicadas al estilo callejero. Casi dos décadas al frente del área de moda de Vogue Italia y seis años como directora de L’Uomo Vogue no pasaron en vano; nutrieron su bagaje sobre la industria y ayudaron a configurar su peculiar estilo: tan edgy como irreverente.

Su habilidad para convertir en tendencia todo aquello que toca (o mejor dicho, que viste) la ha desarrollado desde pequeña. Dello Russo ha confesado que, cuando era niña, su hermano evitó saludarla en más de una ocasión cuando se cruzaban por la calle, debido a su forma de vestir. Ese don para mezclar texturas, colores, conceptos y llevar poderosos accesorios es lo que hoy la ubica entre las trendsetters más destacadas de la escena. “Nada tiene tanto éxito como el exceso”, es una de las frases pronunciadas por ella y que resume a la perfección su estilo. A la italiana se le ama o se le odia, pero no deja  indiferente a nadie.

Ícono a los 50

La popularidad de Anna entre los diseñadores es tal, que permiten que vista los atuendos de pasarela antes de que sean presentados. De acuerdo con fuentes especializadas, su guardarropa se integra por varios centenares de prendas y más de 5 mil pares de zapatos, los cuales suele conservar a una temperatura de 15 grados en un apartamento específico para ello.

La consultora creativa es amante confesa de los minivestidos, de los total looks, de los colores estridentes, de las yuxtaposiciones de texturas y volúmenes, de los tocados, de llamativas piezas de joyería y, como la estrella que es, de los abrigos de pieles, afición que le traído varios momentos desagradables no sólo en eventos, también en redes sociales, donde sus seguidores suelen criticarla por llevar piezas confeccionadas con mink, zorro o pitón.

“La extravagancia es para mí una expresión de libertad. Pienso que la gente que se viste igual a los demás lo hace porque se encuentra deprimida y no desea hacerse notar”, ha declarado la editora, quien hace tres años colaboró con la cadena sueca H&M en la creación de una línea de accesorios, que reflejaban el espíritu audaz y vanguardista que la distingue.

A pesar de disfrutar hoy de la quinta década de vida, Dello Russo es una referencia e inspiración para miles de fashionistas, quienes no dudan en acercarse a ella durante las semanas de la moda –como ha sucedido estos últimos días en París– o estar al pendiente de sus looks en su cuenta de Instagram, donde acumula más de un millón de seguidores. Anna es prueba fehaciente de que la edad es un estado mental y de que quien nace con estilo, está destinado a brillar.

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