Las modelos, según la creencia popular, suelen tener como único talento el explotar su belleza. Lee Miller, sin embargo, fue una de las primeras en refutar ese cliché. Se inició como modelo en los años 20 y se convirtió en fotógrafa una década después, a lo que siguó una faceta como fotoperiodista durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora, un selecto grupo de imágenes que comprenden medio siglo de carrera se exhiben hasta el 26 de febrero en el Museo de Arte Moderno.
Lee Miller - Fotógrafa Surrealista incluye algunas de las etapas profesionales de Elizabeth Miller, nombre real de la artista estadounidense, quien inició su relación con la lente al posar para los retratos amateur de su padre.
De cover girl a corresponsal de guerra
A mediados de los años 20, Miller fue retratada por algunos de los fotógrafos más importantes de la época, como George Hoyningen-Huene y Edward Steichen. Este último la recomendó con el artista visual Man Ray, quien se convertiría en su mentor y pareja sentimental.
Luego de abrir brevemente un estudio, Miller se estableció en Londres antes de la Segunda Guerra Mundial. Su llamado a la acción consistió en retratar la devastación de los bombardeos en la capital británica y un par de años después se convirtió en corresponsal de guerra para Vogue. En su edición de junio de 1945, ésta publicó Believe It, un reportaje con siete páginas de fotos y texto sobre la liberación de París y los campos de concentración en Dachau y Buchenwald.
El estrés postraumático de la guerra, junto con los recuerdos de una violación que sufrió a los ocho años, causaron estragos en la psique de Miller, quien bebía con frecuencia para sobrellevar sus crisis depresivas. Tras el nacimiento de su hijo, Antony, se retiró progresivamente de la fotografía y las sesiones de moda en favor de la cocina y retratos mucho más espontáneos, hasta que murió de cáncer en 1977. Sin embargo, su talento mutifacético, difundido desde su muerte por Antony, aún fascina al mundo.