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Hace algunos años, en la edición estadounidense de Vanity Fair se le preguntó a Ralph Lauren qué factores intervenían para que su jornada laboral resultara o no exitosa. Sin el menor asomo de ironía, el diseñador respondió: “Bueno, todo depende de cómo amanezca mi cabello; hay días que no logro una buena concentración sólo de pensar en lo mal que luce mi cabellera”. Esta declaración, que insisto, no tiene nada de satírica, me pareció de lo más extraña, sobre todo porque Mr. Lauren no se ha caracterizado jamás por ostentar una abundante o distintiva melena; si eso mismo hubiese sido decretado por Sonia Rykiel, Rick Owens, Alessandro Michele o Diane von Fürstenberg, una lógica cartesiana se advertirían al instante, ¿pero Ralph Lauren distraído de sus labores por lo que los gringos llaman Bad Hair Day? Pues sí.
Ni un pelo de tonto… o de frívolo
Ciento noventa y dos páginas que, mediante una formidable prosa narrativa, desenredan todo lo que algún día hemos llegado a pensar, suponer o imaginar respecto al cabello.
Autor: Alan Pauls (Buenos Aires, Argentina, 1959).
Título: Historia del pelo (Anagrama / Narrativas Hispánicas, 2010).
El héroe de esta comedia fúnebre es un enfermo del cabello: tiene pelo para dar y regalar pero, también, alberga un angustiante miedo a perderlo, ponerlo en manos de algún peluquero irresponsable o vivir siempre al pendiente de las tendencias que dicta la Haute Coiffure. Es víctima de un trauma doble: no ser ya el rubio lacio y burgués que alguna vez fue, y no haber sido capaz de llegar al afro, el corte militante que reclamaban los años 70.
El cabello es su fetiche, su obsesión y su pesadilla veleidosa pero, también, el nexo intenso e inequívoco que lo liga con los seres que habitan en esta desolada ficción. En el libro se puntualizan algunos aspectos que la moda –tal vez con pleno conocimiento de causa, tal vez no– ha sublimado y explotado comercialmente. Un ejemplo es la presunta supremacía del cabello rubio, o bien, el poder que adquirió 40 años atrás el estilo afro, cuando fue asumido como un signo de soberanía que desconocía los géneros y uniformaba a los hombres y a las mujeres; una declaración de autoafirmación política ni más ni menos cabal que cualquier otro manifiesto de algún grupo minoritario, un gesto con la misma capacidad de penetración cultural que las gafas oscuras, las chaquetas de cuero o los pantalones de mezclilla.
El complejo asunto de la cultura capilar
En la historia de la moda han existido estilistas que han definido el rumbo de las cabezas de muchísimas personas o, al menos, de unas cuantas lo suficientemente importantes para determinar las pautas estéticas de toda una era. Uno de los más grandes ha sido Alexandre de Paris (1922-2008), monstruo sagrado ante el cual todo hairdresser debe hacer una reverencia. Su verdadero nombre era Louis Alexandre Raimon y se dio a conocer con un moño artístico que inventó en 1946, año que ejecutó el peinado nupcial de la princesa Inaara Aga Khan. Ése fue el lanzamiento de su carrera y, a partir de entonces, tuvo entre sus célebres clientas a la duquesa de Windsor, Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Liza Minnelli, Shirley MacLaine, Greta Garbo, Maria Callas, Michèle Morgan y Romy Schneider, entre otras. Algunas creaciones de su autoría que tuvieron gran impacto fueron las que ideó para Elizabeth Taylor en la cinta Cleopatra (1963) y otras más que produjo para la Ópera de París y el teatro de La Comédie Française.
Caballero de la Legión de Honor y de las Artes y las Letras, presidió la Federación Mundial de Peluquería desde 1978 hasta 1993, y el atormentado protagonista de la novela de Pauls hubiera dado todo lo que tenía y un poquito más para que este genio del cabello hubiera tocado su melena. Pero, ¿qué es un buen corte de cabello? Según el personaje de Historia del pelo, “no es exactamente una interrupción, la acción que limita, pone freno a un desorden o cierra de algún modo un pasado, sino más bien un salto hacia adelante, un cálculo en el vacío, una especie de visión que ve un horizonte y alucina un rumbo que son invisibles para todos menos para uno”. Tómalo en cuenta la próxima vez que visites la peluquería.
balenciaga72@yahoo.com.mx