No hay reto más complicado para un diseñador que identificar al público que va dirigida su propuesta. Sólo de esta forma es posible entablar un diálogo claro y contundente con el que otros puedan simpatizar y logre tener un efecto en las personas. “Mediante las prendas se envía un mensaje al cliente, se comparte nuestra visión como creadores”, señala Lorena Saravia, joven promesa de la moda nacional que saltó a la escena en 2011.
En el discurso creativo de la mexicana, la sencillez, funcionalidad y elegancia son adjetivos de gran resonancia. Saravia ha logrado configurar un estilo fácil de identificar (aunque para ella, éste se encuentra en un desarrollo y una búsqueda constante): sus piezas poseen un carácter urbano, femenino y con tintes de osadía.
Para la diseñadora, que un indumento cubra de manera satisfactoria los gustos y las necesidades de quien la porte determina por sí misma su éxito. “Como mujer, en mi caso, busco que una prenda me funcione durante todo el día, que pueda utilizarla de diferentes formas, que combine con otras en mi clóset, que me haga lucir guapa y cómoda, además de que no se deshaga en la lavadora”, apunta la creativa.
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Es justamente este entendimiento el que le ha valido la aceptación de su propuesta, tanto por las mujeres como por los expertos de la industria de la moda. Saravia se aleja de las pretensiones y los adornos superfluos para desarrollar piezas funcionales (adecuadas para llevar al trabajo, a una comida o acontecimiento nocturno), que sean fáciles de combinar y que, ante todo, respeten y realcen la silueta femenina.
“Como diseñadora, es muy importante conocer lo que exige el mercado nacional en la actualidad, sin desatender, por supuesto, lo que está sucediendo en otras partes del mundo”, indica. La mujer mexicana, de acuerdo con Saravia, demanda prendas durables, versátiles y de buena construcción, con excelente relación calidad-precio.
La depuración como credo. Fiel a su estilo, la colección Primavera/Verano 2015 de Saravia explora siluetas depuradas y con un aire sport, que se acentúa mediante líneas relajadas. Las faldas y los vestidos, tanto cortos como largos, se erigen como protagonistas de la temporada, en las que se extiende una invitación a mezclar tejidos vaporosos con materiales más cálidos, como el cuero. El juego de proporciones, que se está volviendo un trademark de la firma, revela un carácter más atrevido en estas prendas.
Una de las apuestas principales para la temporada es el pantalón a media pierna en piel combinado con crop tops, perfecta para las mujeres jóvenes y con buen cuerpo. Las chaquetas de cuello Mao, por otro lado, se reinterpretan a través de bloques de color y transparencias, así como el característico blazer de cuero de la marca, que para el verano se presenta en colores claros y con grandes solapas.
Como es tradición, en la propuesta de Saravia destacan los atuendos para cocktail y eventos de gala, los cuales, en esta ocasión, exploran una paleta más arriesgada, como el rojo y el verde olivo. Sus ligeros y suntuosos tejidos, aunado a su estética minimalista, revelan una elegancia contemporánea, sin complicaciones y con un dejo de audacia que la vuelve muy atractiva.
En constante evolución. Recientemente, Saravia inauguró una boutique en plena avenida Presidente Masaryk, un logro que sin duda todo creador sueña con concretar. En este espacio, definido al igual que su discurso por un aire depurado y sencillo, se encuentran sus distintas líneas: piezas básicas y prendas de pasarela, así como su llamativa colección de accesorios.
Llegar a este punto, sin embargo, no ha sido un proceso fácil. Como otros creadores, ha tenido que sortear malos tiempos, buscar diferentes caminos para llevar su sello a flote y acercarse a otras personas y firmas para poder desarrollarse. “En apariencia, esta carrera es mucho glam, pero a final de cuentas es un negocio. Para los diseñadores, saber cómo opera éste es un gran reto hoy en día, aun cuando no lo hagan ellos directamente”, indica Saravia.
Tener un enfoque multidisciplinario (de diseño, negocios, relaciones públicas) es una exigencia para los creadores en la actualidad, quienes deben aprender a equilibrar su lado creativo con una mente comercial, para lograr así un crecimiento. “Por fortuna, pertenezco a una generación de diseñadores con objetivos de negocio claros, pero en este proceso, descubrimos cosas de las que no tenemos conocimiento cuando estudiamos, además de factores ajenos a nosotros, tales como la informalidad que existe en diferentes puntos de la cadena”, asegura.
A pesar del arduo trabajo y los obstáculos que ha sorteado a lo largo de cinco años, tiempo desde que estableciera su marca, Lorena Saravia ha sabido disfrutar de los logros hasta hoy alcanzados, como la tienda que opera en la zona de Polanco, la presencia en almacenes como Liverpool y Saks Fifth Avenue, así como las colaboraciones con sellos internacionales. Al final del día, sin embargo, saber que en el clóset de las mujeres una de sus prendas es la favorita, representa su mayor recompensa como diseñadora.