La Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP 24) celebrada en diciembre de 2018 en Katowice, Polonia, reunió a autoridades en cuestiones climáticas. En las negociaciones destacó el reciente informe especial que elaboró el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) el cual disparó las alarmas para tomar acciones que reduzcan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y limitar el incremento de la temperatura media del planeta por debajo de los 1.5°C.
El IPCC ha mostrado algunas vías potenciales para que el mundo estabilice el calentamiento global en 1.5 grados. Estas alternativas se vinculan directamente con la reducción del consumo de combustibles fósiles, entre los cuales, destaca la eliminación del carbón por ser una fuente particularmente alta de emisiones de carbono.
En México, el 77 % de la generación de electricidad se realiza con combustibles fósiles (ciclo combinado, termoeléctricas o carboeléctricas). Por su parte, la hidroeléctrica, eólica, geotérmica y fotovoltaica generan el 10, 3, 2 y 0.7 % respectivamente.
El crecimiento natural del sistema eléctrico requerirá la construcción de nuevas plantas con un monto de inversión estimado de 1 692 mil millones de pesos durante los próximos 15 años. El reto es generar la inversión en infraestructura con las limitantes del presupuesto público y con la participación de los actores privados.
El componente ambiental de la reforma energética se planteó en la trasformación del mix eléctrico, incorporando energías limpias y renovables y la eventual reducción de GEI. Las tres subastas eléctricas de largo plazo lograron comprometer una inversión de 8 600 millones de dólares para generar 19.8 TWh de energía renovable con la construcción de 40 centrales solares y 20 eólicas, que, además destacó por producir precios muy bajos de 17.7 dólares por cada megawatt-hora de energía eólica y 19.77 dólares por cada megawatt-hora de energía fotovoltáica.
La actual administración ha mandado señales de fortalecer el consumo de recursos fósiles, acordando la reciente compra de 360 mil toneladas de carbón para generar electricidad, la construcción de una refinería con capacidad de procesamiento de 340 mil barriles de crudo diarios y la cancelación de la cuarta subasta eléctrica.
A cinco años de las reformas energéticas es sano hacer una revisión de lo que ha funcionado y hacer las correcciones necesarias en lo que ha fallado. Entendemos que diseñar un mercado no es fácil. El reto para la administración actual es romper con las inercias de las energías fósiles y la intermitencia de las energías renovables.
Visualizamos con incertidumbre la política energética de la nueva administración. Las promesas de campaña parecían fáciles de plantear, pero implementarlas será un reto. Se han dado indicios de la preparación de un Modelo Integral Descentralizado de Generación de Energía Eléctrica. Representa una oportunidad para conciliar a los privados, el gobierno y la sociedad para buscar puntos en común y generar mecanismos exitosos que incentiven la inversión en energía limpia a precios competitivos y que representen una mayor participación en la matriz energética que logre generar crecimiento económico sin desvincularse con los objetivos de mitigación de cambio climático.
Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM e integrante del CACEPS