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Arqueólogos de Salvamento Arqueológico del INAH recuperaron los vestigios del verdadero Zócalo de la ciudad de México. Se trata de la plataforma circular que daría pie al monumento a la Independencia que el entonces presidente Antonio López de Santa Anna planeó proyectar ahí en 1843.
Por primera vez, los arqueólogos del instituto lograron registrar las características de esta estructura que le dio el nombre a esta plaza emblemática de los mexicanos. El hallazgo se dio durante los trabajos de salvamento que se llevan a cabo como parte de las obras de rehabilitación que la Secretaría de Obras de la ciudad realiza en la plancha del Zócalo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Salvador Pulido, director de Salvamento Arqueológico del INAH, sostuvo que aunque ya se sabía de su existencia y hay documentación histórica sobre el proyecto fallido de Santa Anna, es la primera ocasión que se tiene la oportunidad de observar el zócalo de 8 metros de diámetro y 28 centímetros de altura con todos sus cimientos originales. Señaló que para registrar las características de su cimentación y de su sistema constructivo se hizo una excavación de tres metros, mucho más profunda de lo que ha implicado las obras de remodelación de la plaza. “Se tiene el registro de la cimentación completa de la estructura. Para eso excavamos más profundo, pero fue una cuestión meramente arqueológica, el resto de la obra únicamente está excavando a 50 centímetros”, declaró.
Destacó que se trata de un hallazgo importante, tanto por el simbolismo de la estructura como por la información que ahora se tiene respecto a esta estructura que sería la columna de la Independencia nacional. “Esto tiene una relevancia primordial para el Estado mexicano”, expresó.
El arqueólogo comentó que esa dependencia del INAH implementó un programa de vigilancia desde que la Secretaría de Obras comenzó los trabajos de ampliación de la plaza a finales de marzo pasado: “Hemos estado atentos a que se respete esos 50 centímetros de excavación que deben ser e implementamos un programa de vigilancia por si ocurría algún hallazgo, como este zócalo”. Precisó que por la profundidad a la que se está excavando, será imposible dar con vestigios prehispánicos. “No se va a llegar a ellos porque no es el objetivo, no se va a excavar más”, dijo. Hasta ahora, comentó, también se han recuperado atarjeas de drenajes coloniales y del siglo XIX.
Según la Secretaría de Obras y el INAH, una vez registrado y documentado, el vestigio histórico será protegido mediante una cubierta geotextil y tepetate para continuar con las obras de rehabilitación. “Este espacio es de uso intensivo, no sería propicio dejar una ventana arqueológica, podría sufrir algún percance”, sostuvo Pulido.
Añadió que para dejar evidencia del vestigio se colocará una placa que indique que ahí se encuentran los cimientos de lo que iba ser el Monumento a la Independencia en la época de Santa Anna. “Probablemente se dibuje en el suelo con algún material, con un color distinto al de la plancha del Zócalo, las características de este basamento”, detalló.
En 1843 Antonio López de Santa Anna quiso aumentar el espacio libre de la Plaza Mayor de la Ciudad de México y para ello mandó derribar el mercado del Parián. Su proyecto era erigir un monumento a la Independencia al centro de la explanada, el cual estaría a cargo del arquitecto Lorenzo de la Hidalga. Fuentes históricas y una litografía de Pedro Gualdi de 1843 describen el proyecto de construcción de este monumento que ya no se realizó.
Según los arqueólogos, en 1983, durante la construcción Metro se registró el basamento, pero no pudo ser explorado en su totalidad debido a la suspensión de los trabajos.