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La restauración de El Caballito continúa y aunque en noviembre pasado se había anunciado que la restauración estaría lista para este mes, Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), asegura que todavía no hay una fecha definitiva de entrega.
“Sé que será muy pronto, pero necesitamos primero lograr un acuerdo con la Secretaría de Cultura del gobierno federal y el jefe de gobierno de la ciudad de México, vamos a esperar a que se pongan de acuerdo”, dijo el miércoles a este diario, después de la conferencia de prensa y visita a los vestigios del templo de Ehécatl y del Juego de Pelota de Templo Mayor.
El director del instituto que tiene a su cargo la recuperación de la obra de Manuel Tolsá añadió que también esperarán a que se coloque “una iluminación digna” que permita apreciar bien este monumento que “es una de las cinco estatuas ecuestres históricas más importantes del mundo”.
“El Caballito recuperará su esplendor, volverá a engalanar esta ciudad de México y será muy pronto. No le puedo dar una fecha, pero sí muy pronto estará a la vista”, sostuvo.
La escultura, que fue dañada en 2013 con ácido nítrico por trabajadores contratados por el gobierno de la Ciudad de México, se encuentra en proceso de recuperación desde que en abril del año pasado especialistas del INAH asumieron la labor de elaborar un diágnostico de los daños y realizar los trabajos de restauración. Durante estos trabajos, los especialistas encontraron los rastros de una capa pictórica verde que el autor de la obra, el escultor Manuel Tolsá, colocó sobre la pieza para matizar su volumetría y velar algunos parches.
Los costos de recuperación de la pieza ubicada en la Plaza Tolsá se estiman en siete millones y medio de pesos, recursos que aporta el gobierno de la ciudad de México. El proceso de restauración de la escultura y su pedestal está a cargo de un grupo de especialistas del INAH, la UNAM y otras instituciones, encabezados por Liliana Giorguli, directora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural.
Hasta ahora, la escultura de bronce dedicada a Carlos IV sigue resguardada por andamios y mallas.
