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Los restos de los hermanos Aquiles, Máximo y Carmen Serdán Alatriste, primeros mártires de la Revolución Mexicana, son intervenidos por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), luego de la realización de un diagnóstico sobre su estado de preservación, a partir del cual se determinó el proceso y método más adecuado para su conservación.
Sin embargo, el esqueleto de Aquiles Serdán es el que se encuentra en condiciones más desfavorables de conservación, mientras que el de Máximo es el que mejor se presenta, y el de Carmen está estable.
Luisa Mainou, responsable del Taller de Conservación y Restauración de Material Orgánico de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), realizó, junto con las restauradoras Luisa Straulino de la CNCPC y Andrea Cordero del Centro INAH Puebla, un dictamen a petición de la familia Serdán y del gobierno municipal de la ciudad y determinaron que las osamentas se encontraban en malas condiciones de preservación.
Además el monumento está en circunstancias inadecuadas para garantizar la conservación de los restos óseos, por lo que se tomó la decisión de exhumarlos e intervenirlos.
Los restos óseos de Aquiles Serdán, al igual que los de su hermano menor, fueron depositados en un contenedor de metal en una segunda exhumación. En el de Aquiles se filtró agua, lo que provocó la disolución y recristalización de los minerales propios del hueso de manera heterogénea en la mayor parte del esqueleto. “Además, hubo pérdida de material óseo en las escápulas, costillas y de muchos otros huesos que se degradaron”.
La especialista señaló que el cráneo del benemérito de la patria presenta el mayor daño por este fenómeno físico-químico. Debido a su fragilidad y la dificultad para manipularlo, el proceso de conservación se hará dentro del mismo contenedor hasta que se pueda mover sin dañarlo.
El esqueleto de Máximo muestra residuos de tejido blando y tierra, lo que le da un tono oscuro, pero está bien conservado. Los restos óseos de Carmen también están bien preservados, pero su estado es frágil porque murió a una edad avanzada.
La experta precisó que en la urna en la que descansaban los restos de Aquiles Serdán se halló una botella de vidrio fragmentada con un documento en su interior, el cual también se encuentra totalmente roto, por lo que fue trasladado al taller de papel para ser intervenido por expertas en la materia y poder conocer su temporalidad y si aún conserva algún texto legible.
En el proyecto de intervención también colabora el antropólogo físico Jorge Gómez Valdés, adscrito a la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y las restauradoras Judith Gómez González; Luisa Straulino, de la CNCPC, y la restauradora Andrea Cordero, del Centro INAH Puebla.
Judith Gómez, especialista en textiles, sostuvo que en el contendedor de Carmen Serdán se encontraron fragmentos de materiales de color verde, que en un primer momento se pensó que podrían ser parte de la vestimenta con la que fue enterrada, pero al hacer los primeros análisis se estableció que se trata de un material sintético que podría corresponder al forro de su féretro.
De igual forma, se localizó parte de un escapulario, que parece ser una fibra proteica (probablemente lana), y otros fragmentos de tejido de punto de color rojo, que tal vez formaron parte del atuendo, pero aún se tienen que analizar para identificar si corresponden a su indumentaria.
Uno de los sucesos más importantes con el que dio inicio la lucha armada fue la revuelta encabezada por los hermanos Serdán, en la ciudad de Puebla, el 18 de noviembre de 1910, en contra de la reelección del dictador Porfirio Díaz. En la refriega perdió la vida Máximo, el menor de la familia, mientras que Carmen fue encarcelada y Aquiles fue acribillado un día después.
Una vez intervenidos los restos de los hermanos Serdán serán trasladados al Museo de la Revolución de Puebla, donde se albergarán de forma permanente.
nrv