Más Información
“No va a haber potencial guerra arancelaria”, asegura Sheinbaum; se priorizará relación comercial con EU y Canadá
Se han tapado más de 11 mil baches con el programa “Bachetón”: SICT; en diciembre iniciará repavimentación
Un equipo de arqueólogos griegos ha comenzado a restaurar en Despotikó, un islote deshabitado del mar Egeo próximo a la isla turística de Paros, tras 20 de años de excavaciones, un comedor ritual del siglo VI a.C. único en esta zona de Grecia por estar situado al lado de un templo de Apolo.
"Es el más antiguo comedor ritual de Egeo y el único edificado junto a un templo. Hemos averiguado que fueron los mismos constructores del templo de Apolo los que planearon levantar poco después el comedor", explicó a Efe Yannos Kurayos, arqueólogo que dirige las excavaciones.
Tanto el comedor como el propio templo forman parte de un santuario que contiene en total de 18 edificios, en algunos de los cuales la excavación aún no ha empezado.
Según Kurayos la construcción de dicho templo, cuya fachada tiene siete pilares, de 3.8 metros de altura cada uno, data del 580 a.C., mientras que la del comedor del 550 a.C.
En esa misma época se comenzó a edificar en Atenas el tempo de Zeus Olímpico, que llegaría a ser el más grande del mundo helenístico.
El culto a Apolo en Despotikó, no obstante, viene de más antiguo, pues algunos de los hallazgos en el sitio arqueológico relacionados con la adoración al dios datan del siglo VIII a.C.
"En un extremo del comedor ritual hay tres altares donde se hacían los sacrificios. Además hay tres habitaciones, todas de 10 metros de ancho y de 10, 7 y 5 metros de largo respectivamente, con puertas orientadas tanto al este y como al oeste", describió Kurayos.
Además el comedor tenía una altura tres metros, con un techo inclinado cubierto de cerámica, y en el interior se han hallado huellas de sofás usados para comer y restos de cerámica de platos y vasos.
Los animales sacrificados eran asados en el altar y, según el ritual, sus partes traseras se distribuían entre los creyentes.
"A los creyentes nunca se les ofrecían los intestinos, la cabeza o las partes frontales", precisó Kurayos.
Los arqueólogos hallaron asimismo huesos de cerdos, cabras, conejos, liebres, perdices y jabalíes, pero también de delfines y de atunes.
Un poco más alejado del conjunto del templo y del comedor se hallaron otros tres edificios, al parecer almacenes, donde estaban guardados el aceite, los cereales, las aceitunas y las legumbres.
Despotikó está situado en el centro de Egeo y era destino obligado para los barcos que atravesaban el mar cerca de la Cícladas por su puerto seguro, formado de manera natural por la geografía de la parte oriental de la isla, pues los arqueólogos suponen que, en los siglos anteriores al periodo clásico de la antigüedad griega, un istmo lo unía allí a la isla de Antíparos, al oeste de Paros.
"Hemos hallado objetos fabricados en Corinto, en Egipto y en Asia Menor. Los que hacían las ofrendas allí eran marineros de todo el Mediterraneo oriental", aseveró Kurayos.
Kurayos recalcó que el de Despotikó es el segundo santuario más importante de las Cícladas después del de la isla de Delos.
Dicho santuario fue construido y controlado por la ciudad de Paros, muy rica en la época y posteriormente gracias a las canteras del famoso mármol de su isla, que se exportaba a todo el Mediterráneo oriental.
En Despotikó, además del culto al dios griego Apolo también se adoraba a Artemisa y Hestia.
Según Kurayos las excavaciones avanzan a un paso rápido, gracias a donaciones de fundaciones privadas, y en unos tres años el sitio arqueológico podrá ser visitado.
jpe