Francia, el emirato de Abu Dhabi y la UNESCO lanzaron desde ayer una alianza internacional que tiene como objetivo proteger el patrimonio cultural amenazado por la guerra y el terrorismo y que ha conseguido que hasta ahora siete países hayan comprometido 75.5 millones de dólares para tal fin.

La llamada “Alianza internacional para la protección del patrimonio en las zonas de conflicto” se ha marcado como meta llegar a los 100 millones de dólares de aquí a 2019. De los primeros 75.5 millones anunciados, Francia se comprometió a aportar 30 millones de dólares, Arabia Saudí otros 20, Emiratos Árabes Unidos 15, Luxemburgo tres millones y Marruecos 1.5.

La idea de crear esta alianza surgió hace dos años y el presidente de Francia, François Hollande, destacó ayer durante la firma del pacto de donantes cuyo primer objetivo es la movilización de fondos.

La nueva iniciativa que tendrá su sede en Ginebra, pretende contar igualmente con donantes privados y estará centrado en financiar acciones preventivas o de urgencia para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales y a efectuar operaciones de restauración.

El mandatario francés indicó en su discurso que la urgencia en estos momentos está en Irak, donde “será necesario un inventario preciso de los daños ocasionados a los monumentos, museos y bibliotecas”, pero también vio prioritario actuar en países como Mali, Afganistán, Yemen y Siria.

“La alianza deberá establecer prioridades, sea evaluar los daños, formar al personal, hacer un censo o digitalizar. Y deberá contribuir igualmente a la lucha contra el tráfico con una base de datos”, dijo Hollande y añadió que no se puede distinguir entre los daños a monumentos y las masacres contra las personas porque ambos buscan “acabar con toda la esperanza”.

Hollande también anunció que Francia e Italia propondrán pronto una moción ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para promover la protección de la herencia cultural. Por su parte, la presidenta de UNESCO, Irina Bokova, dijo que los ataques al patrimonio cultural son “una estrategia de limpieza cultural”.

El fondo fue creado en respuesta a la destrucción de importantes sitios culturales por parte de grupos extremistas. Desde 2014, el Estado Islámico (EI) ha destruido sitios antiguos de Hatra, Nimrod y Nínive en Irak, así como gran parte de Palmira.

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