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En la contemporaneidad se ha abierto el debate en torno a las preferencias sexuales de las personas. No obstante ello, también los derechos de estas personas, pues se ha puesto sobre la mesa los sanitarios a los que pueden entrar las personas transgénero.
Una exposición aborda las preferencias sexuales en Japón en la antigüedad. En la Japan Society, en Estados Unidos, se abrió la exposición A Third Gender, la cual en 65 piezas de madera aborda la figura de los wakashu, hombres jóvenes que se consideraban eran poseedores de belleza y deseo inefable.
En el periodo Edo (1603-1868) los wakashu ocupaban una distintiva posición social y jerarquía sexual. Estos jóvenes podían acostarse tanto con hombres como mujeres.
La exposición en la Japan Society da muestra de la flexibilidad ideológica de la cultura nipona y ofrece una crítica artística y contexto histórico a las expresiones de género y sexuales, temas que hoy día están en boga pero que influyeron en la cultura oriental a finales del siglo XIX, informó The New York Times.
El curador de la exposición y profesor de Historia del Arte en la Universidad Fordham, Asato Ikeda, comentó que esta muestra nos lleva a un viaje en la historia para repensar el pesente y el futuro.
En el arte japonés en el periodo Edo estaban permitidas las permutaciones sexuales: hombres o mujeres en relaciones con los wakashu; una geisha vestida como si fuera wakashu para participar en actos de sexo duro; prostitutos vestidos como mujeres y las presentaciones de kabuki, en las que el hombre se hace pasar por una mujer.
Estos jóvenes varones, como las mujeres solteras, que pertenecían a una clase samuari podían vestir un kimono conocido como furisode.
Ikeda comentó que estas difuminaciones de la identidad de género fueron deliberados, juguetones y frecuentemente excitantes. El periodo Edo se caracterizó por una relativa paz en Japón, después de muchos años de guerra entre los samurai. También se mantuvo lejos del oeste, lo cual permitió la experimentación sexual.
nrv