Por segundo año consecutivo, Portugal reparte por todo el país los típicos "bolos rei" (roscones de reyes) elaborados con una receta secreta que tiene entre sus ingredientes cerveza negra, y la particularidad de que el dinero que se recaude con su venta se destinará a fines solidarios.

Aunque en Portugal el día 6 es laborable y no existe la tradición de la Cabalgata y los regalos, sí se celebra la festividad religiosa de la Adoración de los Reyes Magos, aderezada por un nutrido elenco de pasteles típicos de la época, entre los que destaca el "bolo rei".

Es un roscón que, al igual que en España, lleva fruta "escarchada" como decoración, pero en el interior, en vez de nata o crema, se rellena con uvas pasas u otros frutos secos, y su textura es más densa.

El año pasado, la entidad gubernamental "Turismo do Portugal" quiso elaborar una receta propia del roscón de reyes como reclamo turísticos, y fue el prestigioso chef luso, Inacio Belinda, el encargado de crear uno diferente al tradicional.

La fórmula que usó se la guardó para él, aunque confesó que, entre los novedosos ingredientes con los que lo había aderezado, estaba la cerveza negra.

Gracias a esta iniciativa, las pasadas navidades "Turismo do Portugal" logró vender, a través de las doce escuelas de turismo que tiene repartidas por todo el país, un total de 2 mil 500 roscones, cuyos beneficios se destinaron a fines solidarios.

Para este año, el objetivo que se han marcado es el de vender, al menos, 3 mil roscones.

El típico "bolo rei", -a base de huevos, harina y azúcar- es uno de los más populares en Portugal, ya que se come no sólo el día de Reyes, sino que se suele compartir durante toda la temporada navideña.

Procedente de Francia, la tradición del "bolo rei" se instauró en Portugal a finales del siglo XIX de la mano de la prestigiosa pastelería lusa "Confeitaria Nacional" y, debido a su nombre, corrió el riesgo de desaparecer con la caída de la monarquía en 1910.

Consiguió, sin embargo, mantenerse como un elemento importante de la gastronomía de Portugal, donde cada año se celebran eventos y concursos relacionados con su elaboración.

Hasta hace unos años, siempre se encontraba en su interior una haba o una pequeña pieza de porcelana que gradualmente se fueron eliminando por los peligros que podía acarrear su ingestión.

No obstante, la tradición se mantiene en algunos casos, en los que el roscón lleva un aviso en su embalaje, que indica que incluye la sorpresa.

Una de sus variantes más conocidas es el denominado "bolo reina", que es igual que el otro, pero sin la fruta "escarchada".

Es el postre por excelencia de la Navidad en Portugal donde, a diferencia de España, los únicos que comen turrón son los habitantes de los pueblos fronterizos.

Por estas fechas, en cualquier mesa de Portugal es habitual compartir también, como postre, los afamados "filhoses de natal", una masa de pan frito que se elabora de forma casera.

La harina con la levadura se elabora en cada hogar con un chorro de aguardiente y, una vez fermentada, se le da forma circular.

Los "sonhos de natal" son los otros dulces típicos lusos en esta época que, al contrario que los "filhoses", no llevan la masa extendida, por lo que se asemejan a los buñuelos, aunque sin relleno.

nrv

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