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Los Foros Imperiales y el Foro Romano abrieron hoy al público de manera gratuita e interconectados con el fin de facilitar la visita conjunta y sin barreras arquitectónicas de la amplia área arqueológica del centro histórico de Roma.
Se trata de una iniciativa organizada por el Ayuntamiento de Roma que se enmarca dentro de las celebraciones de Año Nuevo y que sólo permite a los turistas e italianos disfrutar de esta oportunidad durante unas horas.
El Foro Romano, que representaba el centro neurálgico de la vida pública de la antigua Roma, está actualmente separado de los Imperiales por una gran avenida que recibe el mismo nombre y que conecta la plaza Venecia con el Coliseo.
Sin embargo, por primera vez los ciudadanos que se acerquen hoy a esa zona podrán cruzar del Foro de Trajano, en el Foro Romano, al Foro de César, en los Imperiales, por un pasadizo subterráneo.
Lo podrán hacer indistintamente, de un foro al otro, a través de unas pasarelas bajo tierra que normalmente permanecen cerradas al público y que solo hoy dejarán al descubierto, por ejemplo, los sótanos de antiguas viviendas del Quartiere Alessandrino.
Así, los visitantes y los italianos que lo deseen pueden pasear libremente y sin coste alguno entre las ruinas de esta histórica área arqueológica, enclavada en el corazón de la capital, a lo largo de un amplio recorrido que conecta los distintos foros.
Una oportunidad única que permite a los amantes de la cultura, del arte, de la historia y de la arqueología sumergirse sin interrupciones en la zona arqueológica más grande el mundo, según el Ayuntamiento romano.
Los impresionantes Foros romanos y el imponente Coliseo son unos de los símbolos más característicos de la capital italiana: retratados en numerosas postales de Roma, reúnen cada año a millones de turistas procedentes de diversos rincones del mundo que viajan hasta la ciudad italiana para disfrutar de estas joyas históricas.
Fundada por Rómulo y Remo en el año 753 a.C., según cuenta la leyenda, Roma fue en un principio la capital de la República y del Imperio romanos y, a partir del siglo IV, la del orbe cristiano.
Por eso, recorrer los mismos caminos por los que paseaban los ciudadanos romanos hace 2 mil años, perderse entre las ruinas de estos foros para admirar, por ejemplo, el Mercado de Trajano, el monumental Arco de Tito o la sede de la Curia, donde se reunían los senadores, y hacerlo además sin barreras, supone un auténtico placer.
El recorrido puede comenzar desde la plaza de Santa María de Loreto, que acoge la Columna Trajana, erigida por orden del emperador Trajano y que mide 100 pies romanos, es decir, 29.64 metros, que se convierten en casi 40 metros con la base inferior y la enorme estatua situada en el extremo superior (en origen, una figura del emperador Trajano y que hoy ocupa una de san Pedro).
Pero este no es el único ingreso, pues se puede acceder a los foros por otras entradas, las habituales ubicadas frente al Arco de Tito, en la vía Sacra, una de las arterias de la antigua Roma, o en la vía de San Gregorio, que conecta con el monte Palatino.
Una vez dentro, los visitantes pueden deleitarse recorriendo distintos caminos que les conducen hasta la Basilica Giulia, construida en el año 179 a.C.; el Tempio del Divo Giulio, levantado por el emperador Augusto en honor a Julio César; o la Casa delle Vestali, un complejo residencial que se situaba próximo al templo de Vesta.
sc