Unos desconocidos derribaron la pasada madrugada una estatua ecuestre del exdictador Francisco Franco que formaba parte de una exposición sobre ese régimen que gobernó España entre 1939 y 1975.
La estatua de Franco, que fue colocada el pasado día 17, había sufrido constantes actos vandálicos desde su instalación, como el lanzamiento de huevos o la colocación de una cabeza de cerdo y de una muñeca hinchable.
El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, lamentó hoy en rueda de prensa el derribo de la estatua de Franco y añadió que tomarán medidas contra los autores del derribo.
"Una cosa es lanzar un huevo y otra derribar una estatua", afirmó Pisarello, después de que el ayuntamiento haya retirado los restos de la estatua ecuestre, que quedó partida en dos grandes trozos tras la acción de unos desconocidos, que la pasada noche la zarandearon y derribaron.
Aseguró que el derribo de la estatua del dictador "no era una cosa prevista ni buscada" y que, a pesar de los actos vandálicos que había sufrido los días previos, "en ningún momento se pensó que hacía falta retirarla".
El ayuntamiento, dirigido por una coalición de izquierdas, ve necesario haber promovido esta exposición sobre el franquismo y la impunidad con la que se manejó el régimen.
Se refleja que "la transición (a la democracia a finales de los años 70) mal hecha ha dejado muchas heridas abiertas", dijo el concejal barcelonés.
nrv